ECONOMíA
› EL FRACASO DEL MONOTRIBUTO COMO REGIMEN SIMPLIFICADO
“Lo encarecen para que desaparezca”
› Por Raúl Dellatorre
La cantidad de inscriptos en el régimen del monotributo no supera el millón seiscientos mil personas, aunque en medios especializados se calcula que no deberían ser menos de tres millones los alcanzados por el sistema tributario simplificado. El mes pasado, por este régimen se recaudó nada más que 26,6 millones de pesos, es decir menos de nueve pesos por cada potencial contribuyente. La recaudación global creció, con respecto a mayo del año pasado, en un 47,3 por ciento, mientras que los recursos por monotributo sólo se incrementaron en un 9 por ciento, bastante por debajo del ritmo de la inflación. A la luz de los datos, el sistema simplificado está lejos de haber cumplido sus objetivos, y no son pocos los que aventuran que la reformulación propuesta por el Ejecutivo lo que persigue, en definitiva, es acelerar su fin.
“La impresión es que el monotributo fracasó, porque la gente no paga ni puede hacerlo”, comentó a este diario un ex titular de la DGI, antes de dar su parecer sobre las medidas anunciadas el miércoles. “La reformulación del régimen parecería tender a una eliminación en etapas del monotributo para no promover un corte drástico –sostuvo–, por el camino de ir achicando paulatinamente el universo de contribuyentes comprendidos, hasta dejarlo en un núcleo muy reducido.”
Entre los cambios que se introducirán por ley al régimen se incluye la derogación de la figura del responsable no inscripto para los profesionales con una facturación anual superior a los 33 mil pesos.
Asimismo, los prestadores de servicios que facturen más de 72 mil pesos también pasarán del monotributo al régimen general, con un tratamiento equivalente al resto de los contribuyentes en el impuesto a las Ganancias (declaración jurada anual y aportes según balance impositivo). También quedan fuera del régimen las sociedades de personas (de hecho o unipersonales). En cambio, se intentará incluir en el sistema a quienes cumplen tareas eventuales, “formalizándolos” mediante la obligación de uso de una factura fiscal, de la que el contratista o adquirente le descontará el 10 por ciento como único aporte, sin obligación para el contribuyente eventual de hacer pagos mensuales.
En cambio, “el aumento de los aportes mensuales para todas las categorías y mucho más fuerte para las más altas se inserta dentro de la primera estrategia”, comentó el especialista. “Es un modo de inducir a que, voluntariamente, los contribuyentes de ingresos medios abandonen el régimen simplificado para pasarse al sistema general, que les resultará más barato: están encareciendo el régimen para que desaparezca”, sentenció.