Alrededor de 40 ahorristas del Banco Bisel, ex filial argentina del grupo francés Credit Agricole, presentaron una demanda reclamando que la matriz extranjera los indemnice. El abogado de los querellantes argumentó en París que los ahorristas fueron “engañados” por la entidad europea, que les habría hecho creer que “el Banco Bisel no iba a sufrir los efectos de la crisis”. Por ese motivo, pidieron una indemnización equivalente a la cantidad de dinero que no pudieron recuperar por la pesificación de sus depósitos, y por los daños morales y materiales sufridos. En su presentación, los clientes del Bisel destacaron que en la Argentina, “el Credit Agricole llevó a cabo una campaña comercial, cuyo objetivo era reivindicar su condición de banco mundial para atraer a los clientes locales”. Tras el colapso del sistema financiero en diciembre del 2001, el grupo francés abandonó el país en mayo del 2002 y las tres entidades que controlaba –Suquía, Bisel y Bersa–, pasaron a ser administradas desde entonces por el Banco Nación.