ECONOMíA
› LA CLAVE CON EL FMI ES EL NUMERO DEL SUPERAVIT FISCAL
Economía apunta a poner un 3
› Por David Cufré
Para llegar a un acuerdo con el FMI de siete meses de duración, el gobierno de Eduardo Duhalde tuvo que negociar durante trece meses. Si la relación fuera directamente proporcional, a Néstor Kirchner le demandaría cinco años y medio alcanzar un tratado de tres años. Pero los tiempos ahora son otros. Horst Köhler aseguró que de aquí a fines de agosto, cuando vence el convenio actual, se buscará cerrar otro por tres años. “Hay tiempo. Vamos a trabajar para ello”, señaló ayer Roberto Lavagna. “Ya tenemos un acuerdo firmado, con metas cumplidas y con un mayor entendimiento de las partes”, insistió, para justificar su optimismo.
Uno de los colaboradores del ministro señaló a Página/12 que en el inicio de las negociaciones las posiciones no son tan distantes. Así lo comprobó el equipo económico en las conversaciones con Köhler y sus hombres. En particular, mencionó la meta fiscal. Lavagna le dijo al director gerente del Fondo que en 2004 el Gobierno puede comprometerse, como máximo, a un superávit equivalente a 3 puntos del Producto Interno Bruto. Ese nivel contempla tanto el resultado de la Nación como el de las provincias. La meta del acuerdo actual es de 2,5 puntos del PIB.
El 8 de julio llegará a Buenos Aires una nueva misión del Fondo para realizar la tercera y última revisión del acuerdo actual. Pero antes de eso habrá un intercambio de información entre los técnicos del Ministerio de Economía y los del FMI, para empezar a definir las metas del próximo convenio. En principio, el equipo económico estima que el PIB crecerá en 2004 un 4 por ciento. Aunque el cálculo fuera más elevado, “es imposible suponer que la Argentina pueda alcanzar un superávit mayor a 3 puntos”. Recién en 2005 el excedente fiscal podría llegar a 3,5 puntos, indicaron cerca de Lavagna.
El esfuerzo que habría que hacer el próximo año si la meta fuera de un superávit de 3 puntos del PIB es de unos 2000 millones de pesos. En total, el excedente debería ascender a unos 10.000 millones, una cifra altísima para un país que presenta niveles de pobreza record. A pesar de ello, en el Palacio de Hacienda aseguran haber quedado conformes con la actitud de Köhler. Antes de su viaje, la aspiración de mínima que supuestamente tenía el Fondo era de un superávit de 3,5 puntos en 2004. En función de ello es que Lavagna se muestra confiado en que se podrá completar la negociación en apenas un par de meses. “Hay voluntad de avanzar. Se nota un cambio de postura respecto a otras veces”, comentan en Economía.
En cuanto a las reformas estructurales, se negociará para escalonarlas en el tiempo. Por caso, Lavagna admitió que la aprobación de una nueva ley de coparticipación no podrá aprobarse antes de que finalicen las elecciones en las provincias y para la renovación del Congreso. Sin embargo, el ministro sostuvo que, mientras tanto, “se comenzará con la discusión del proyecto en el Consejo Federal de Inversiones”. “Por ahora seguiremos con el programa de financiamiento ordenado, que tan buen resultado ha dado”, completó el jefe del Palacio de Hacienda.
En el Banco Central también consideraron que la negociación con el FMI será menos ardua que otras veces. La impresión que se llevaron luego de las conversaciones con Köhler es que el Fondo sería más flexible en las metas monetarias. El hecho de que la inflación esté controlada, a pesar de que la emisión superó largamente la demanda del Fondo de principios de año, les hizo ganar credibilidad a los funcionarios argentinos. A pesar de que el Gobierno presenta los hechos de esa manera, en principio está resignando su aspiración de lograr primero un acuerdo de corto plazo, que le hubiera dado más oxígeno político frente a las próximas elecciones.