ECONOMíA › SE AGILIZAN LOS TRAMITES DE IMPORTACION PARA GRANDES EMPRESAS, PERO HAY QUEJAS DE LAS MENORES
Empresas exportadoras tienen menos dificultades para lograr autorizar importaciones. Las más pequeñas, que atienden principalmente al mercado interno, sufren las demoras. Apertura “a medias” del régimen de permisos.
› Por Javier Lewkowicz
El comercio exterior registró en mayo una dinámica positiva, con un importante crecimiento de las compras y ventas al exterior, aunque la situación entre los importadores no es homogénea y hay muchas solicitudes frenadas, advierten en el sector privado. Empresas exportadoras y con impacto en el empleo tienen menos dificultades que las firmas con menor volumen de operaciones. El esquema de control de las importaciones es manejado por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. Ese flujo se regula para obtener un resultado comercial que permita atender las necesidades de divisas del Gobierno. Según datos oficiales, avanzaron las importaciones del sector automotor y otros bienes de capital, empujados por la inversión privada. A pesar de ello, la velocidad en la aprobación de las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) es más lenta que a principios de año.
En mayo, las exportaciones sumaron 8429 millones de dólares, con un avance del 14 por ciento interanual, mientras que las importaciones crecieron 17 por ciento, hasta 7091 millones. El saldo fue de 1338 millones de dólares, una caída del 2 por ciento frente al mismo período de 2012. En los primeros cinco meses, el ingreso neto de dólares por la vía comercial llegó a 3799 millones, que representa una baja anual de 33,8 por ciento.
“En relación con la dinámica que el comercio exterior venía mostrando, en mayo se percibe una clara mejora, son tasas de crecimiento muy importantes. Sin embargo, la sensación no es homogénea sector por sector”, señaló Miguel Ponce, de la Cámara de Importadores. Una de las causas del repunte de las compras externas fue la mejora de 32 por ciento interanual en la producción automotriz, tanto por la tracción del mercado interno como de la demanda brasileña. La baja inserción de las partes de la industria nacional en los autos terminados supone una relación estrecha entre su producción y las importaciones de insumos. La mayor porción de las autopartes en el informe del Indec están incluidas en bienes de capital, que avanzó 28 por ciento, y piezas y accesorios para bienes de capital, que registró en mayo un crecimiento anual del 22 por ciento.
De todos modos, desde el sector automotor advierten que las empresas más grandes, que son las terminales, en general no sufren grandes problemas de importación, sobre todo porque el parate de una línea de producción en estas firmas tiene un impacto sensible en el empleo y en los medios. En cambio, empresas autopartistas más chicas afrontan mayores inconvenientes, que motivan discontinuidades en las líneas de producción.
Ponce se quejó de que repuestos y bienes de capital para industria maderera, como cortadoras y motosierras, elementos para celulares como pilas, cargadores y fundas, aparatos eléctricos de señalización acústica, bañeras de hidromasaje, lámparas de tecnología LED, siliconas, herrajes y accesorios para mueblería tienen la autorización de importación frenada.
Despachantes de Aduana consultados por este diario, que gestionan las DJAI ante Comercio Interior, coinciden en describir que las solicitudes de las empresas más grandes, con presencia exportadora, compromiso para sustituir importaciones e impacto a nivel laboral, no presentan grandes dificultades. En cambio, para los importadores chicos la situación es más compleja, en especial desde hace un mes aproximadamente. El Gobierno usa el grifo de las importaciones para terminar el año con un superávit comercial de alrededor de 10 mil millones de dólares, cuya principal amenaza son las compras de gas y gasoil, que crecen de la mano de la recuperación económica.
Por el lado de las exportaciones, el titular de Abeceb.com, Dante Sica, explicó a este diario que “se percibe una lenta recuperación de las exportaciones luego de los primeros meses, cuando afectó mucho la caída de la cosecha de trigo, de 14 a 9 millones de toneladas, que motivó que se perdiera el saldo exportable. El maíz anduvo mejor y la soja también. En el caso de los bienes industriales, las ventas al exterior muestran un estancamiento, como en el caso de las economías regionales. La excepción es autos, que se recupera por la mejora de demanda brasileña”. Sica estima que el saldo comercial en 2013 se ubicará entre 8 y 10 mil millones de dólares, dependiendo de cuánto el Gobierno relaje las importaciones y de la brecha cambiaria, ya que el incentivo para subfacturar exportaciones y sobrefacturar importaciones crece a medida que la distancia entre el dólar oficial y el “blue” se amplía.
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