Jue 17.07.2003

ECONOMíA  › PUJA GOBIERNO-BANCOS POR LAS TASAS. EL BANCO NACION REACCIONA

Tasas que asustan al más guapo

Los bancos pagan cada vez menos por depósitos, pero no tienen igual política con las tasas para créditos. Para forzar la competencia, el Nación anunciará una baja en el costo de los préstamos.

› Por Claudio Zlotnik

Por primera vez en cuatro años, la tasa de interés promedio que rinden los plazos fijos a 30 días cayó por debajo del 6 por ciento anual. Un rendimiento que está en línea con la fuerte ofensiva del Banco Central para reducir el costo del dinero. En la última licitación de Letras logró financiarse a apenas el 2,2 por ciento anual. Pero esa tendencia no es la misma en el segmento de las tasas que están cobrando los bancos por préstamos, que se encuentran muy por encima de las que aplicaron en los últimos años. Ante ese escenario, en el Banco Nación están evaluando una disminución de las tasas de los créditos recientemente anunciados.
Tal como explicó Página/12 en su edición de ayer, existe una batalla entre el Gobierno y los banqueros por la escasa dinámica en la plaza de créditos. Para Economía y el Banco Central, existe una demanda potencial que permanece insatisfecha por culpa de las altas tasas que cobran los bancos. Los financistas, en tanto, sostienen que la falta de pedidos obedece a que el público y las empresas todavía no se animan a endeudarse.
En medio de esa pulseada, el Central tomó diferentes medidas para que bajen las tasas. Entre las últimas se encuentra la referida que redujo los encajes (depósitos de los bancos inmovilizados en el BCRA), para liberar fondos al mercado. También aplicó caídas sensibles en las tasas de las Lebac. En tanto, el Banco Nación aportó lo suyo: dispuso 500 millones de pesos para líneas pymes, personales e hipotecarios a tasas más bajas que el promedio del mercado: al 23,5 por ciento nominal anual para personales y del 17,5 por ciento para la compra de vivienda. Otro banco estatal, el Provincia de Buenos Aires, también se lanzó al mercado ofreciendo 350 millones de pesos en líneas de créditos. El Ciudad también acompaña esa política.
Tres semanas después del lanzamiento del Nación, el resultado es frío. “Hay muchas consultas pero pocas operaciones”, dijeron ayer en la entidad oficial. Incluso, la fuente admitió que todavía no se otorgó ningún crédito hipotecario. Para no quedar en la misma situación que el resto de los bancos, en el Nación señalaron que en las próximas semanas disminuirán las tasas. “Todo depende de que se consoliden los actuales niveles”, apuntó la fuente. Y concluyó: “Este es un buen momento para bajar el costo del dinero, pasar a la ofensiva y liderar el mercado de créditos”.
El primer paso hacia esa tendencia lo acaba de dar el Nación con las financiaciones con tarjetas de crédito. La tasa fijada fue del 29 por ciento anual, aproximadamente la mitad del promedio del sistema financiero.
Lo cierto es que, en comparación con los últimos años, las tasas de los créditos se encuentran en valores altos. Entre 1997 y 2000, el costo de los préstamos a empresas de primera línea fue un 40 por ciento más caro que la tasa pasiva (depósitos). En mayo del ‘99, cuando el rendimiento de los plazos fijos se ubicaba en el mismo nivel que ahora –5,9 por ciento-, los créditos a las compañías líderes se otorgaban al 8,3 por ciento anual en promedio.
Lejos de aquellos niveles, en la actualidad, la tasa de los préstamos triplica a la que pagan los bancos por los depósitos. Mientras las colocaciones a 30 días rinden 5,96 por ciento, los créditos a las compañías de primera línea tienen un costo nominal anual del 17 por ciento, según los últimos datos del Banco Central. Las tasas de los préstamos personales para el consumo, a no más de 24 meses, son sensiblemente más elevadas: con costos administrativos incluidos rondan entre 36 y 44 por ciento anual.
Esa relación pareciera darle la razón al Gobierno cuando reclama una fuerte caída de las tasas de préstamos. Un funcionario del entorno del ministro Roberto Lavagna comentó a este diario que el plan para las próximas semanas incluye nuevos encuentros con los financistas para convencerlos de que se lancen a una ofensiva crediticia. “Es cierto que,tras la crisis, persiste el temor a endeudarse. Pero también lo es el hecho de que los banqueros viven con la ilusión de que podrán hacer negocios fáciles, como prestarle al Estado nacional o a las provincias. Eso se acabó. El único negocio que les queda es tentar a los clientes con buenos productos. Por eso somos optimistas”, resumió, en diálogo con este diario, un miembro del equipo económico.

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