Roberto Lavagna afirmó, desde París, que “están dadas todas las condiciones” para firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario. El ministro negó, además, que el tema tarifario haya sido prioridad en la agenda de reuniones con empresarios europeos. “Por supuesto que hay interés en el tema, pero ha sido abordado con mucho cuidado por los interlocutores, y no fue para nada el tema central”, aseguró.
El lunes el subsecretario del Tesoro norteamericano, John Taylor, sorprendió al declarar que tenía la impresión de que estaba cerca un nuevo acuerdo entre el FMI y el gobierno argentino. Ayer Lavagna, obviamente, no contradijo la impresión de Washington. Pero, conocedor de las vicisitudes en las negociaciones con el Fondo, evitó arriesgar una fecha. “Creo que están dadas todas las condiciones, por eso está el grupo de técnicos del Fondo trabajando con los funcionarios argentinos”, sostuvo. Dijo que “el acuerdo anterior”, firmado por Duhalde en enero y que vence el próximo 31 de agosto, en su opinión “está terminado y cumplido”. Y explicó que “ahora estamos en la discusión del acuerdo de mediano plazo, de tres años”.
Por otro lado, el ministro desmintió que existan diferencias dentro de la propia administración Kirchner sobre cómo encarar las negociaciones con las empresas privatizadas. “He oído hablar de una diferencia en el Gobierno en materia de tarifas y la verdad es que nada de eso existe tampoco. El 90 por ciento de las cosas que se escuchan decir sobre el tema tarifas puede dar por sentado que es falso”, disparó, molesto.
Sin embargo, es sabido que el ministro de Economía y su par de Planificación Federal, Julio De Vido, disputan por estos días la orientación que tendrá la renegociación de contratos con las empresas privatizadas. De Vido nombró como sus asesores en el tema a los técnicos de Flacso, que en los últimos años expresaron una visión muy crítica hacia las privatizadas, y no estaría dispuesto a conceder ningún aumento en las tarifas. En cambio, Lavagna, consciente de la importancia de la cuestión dentro de la agenda con el FMI, defiende una posición más cercana a los intereses de las empresas.
Sea como fuere, según Lavagna, pese a lo que se creía, el Gobierno no tuvo que soportar presiones en París por parte de las multinacionales con inversiones en la Argentina. “En los contactos con empresarios hubo escasa mención al tema de las tarifas. Solamente hoy (por ayer) la empresa Suez –Aguas Argentinas– lo planteó, pero muy débilmente”, contó.