El titular de la cartera de Hacienda, Hernán Lorenzino, junto a otros integrantes del gabinete nacional y representantes sindicales cercanos al kirchnerismo salieron ayer a criticar al titular de la UIA, Héctor Méndez, quien había planteado que existe la necesidad de “tener un ministro de Economía con más fortaleza”. “Reclamar un ministro de Economía más fuerte es pedir una Presidenta más débil. Méndez en realidad añora a los ministros que actuaban como voceros de sectores empresariales”, replicó Lorenzino. También se refirieron a las declaraciones de Méndez el ministro de Trabajo, Carlos Tomada; la de Industria, Débora Giorgi; el titular del Smata, Ricardo Pignanelli, y Juan Carlos Lascurain, de Adimra.

En una entrevista al diario salteño El Tribuno, Méndez consideró que “hay muchos que no quieren enfrentarse con un disgusto de la Presidenta, entonces hay algunos ministros que no pueden enfrentar la realidad y la manejan silenciosamente por la personalidad fuerte de la Presidenta”. También cuestionó las declaraciones de la Presidenta acerca de las abultadas ganancias empresariales obtenidas en los últimos años. “Si hubiese habido tanta plata en pala entre los empresarios, algunos hubiesen blanqueado más. Se ve que la pala no era tan grande”, dijo.

En referencia a Lorenzino, Méndez opinó que “deberíamos tener un ministro de Economía con más fortaleza; el problema es que el Gobierno tiene mucha fortaleza en la cabeza, pero sus tentáculos se van aflojando”. El dirigente patronal no realizó un planteo de ese tenor durante los encuentros que recientemente mantuvo con la Presidenta junto a empresarios y sindicalistas, ni en Río Gallegos ni en la Casa Rosada. Mostró un comportamiento similar el banquero Jorge Brito, quien prefirió el silencio cuando tuvo a CFK enfrente, pero luego la criticó por los medios.

El primero en responderle a Méndez fue el propio Lorenzino. “Están acostumbrados a un ministro tipo Cavallo (Domingo), el salvador, el que estaba por encima de todo, el que traía la palabra de los organismos internacionales y el presidente estaba preso de las decisiones del ministro de Economía. Este gobierno puso la política por delante de la economía, es un cambio que todavía hay algunos que no lo entienden”, indicó el ministro. “Tal vez lo que Méndez quiere es que el ministro sea vocero de un sector puntual más que un integrante del Gobierno”, agregó.

Por su parte, Carlos Tomada calificó los dichos de Méndez como “desubicados”. “Los tentáculos –con relación a los ministros, según definió el propio Méndez– están bien amarrados a la cabeza. Trabajamos, discutimos, proponemos, avanzamos, cumplimos el rol que corresponde, y la Presidenta toma decisiones”, señaló. El titular de la cartera laboral agregó que “ministros de Economía fuertes con presidentes débiles todos los hemos conocido. Yo no quiero volver a tenerlos”.

Giorgi también apeló a la comparación con etapas del país donde los ministros de Economía eran “estrellas”. “Argentina tiene experiencias funestas de ministros de Economía salvadores”, dijo, y aseguró que “hay una gran dicotomía entre el trabajo que realiza el Gobierno con la UIA en las mesas de diálogo (ver página 11) y lo que ellos expresan en los medios. Méndez no debe estar bien informado”.

También desde el arco sindical cercano al kirchnerismo decidieron responder a las declaraciones del titular de la UIA. “Méndez quiso plantear una figura de ministro de Economía donde el poder político se subordine al económico. Eso pasó hace muchos años. Este gobierno toma decisiones para que la economía dependa de sus directrices”, manifestó Juan Carlos Lascurain, de Adimra. En tanto, Pignanelli, del Smata, atribuyó los dichos de Méndez a “la presión del momento electoral”. “Hace muchos meses empezó esta etapa. Cada vez que se acerca el momento electoral, más presión van a hacer los empresarios”, alertó el dirigente. “Cuando se nombra un ministro de Economía ‘fuerte’, se empieza a trastrocar la idea de que la economía tiene que estar al servicio de la política”, concluyó Pignanelli.

La relación de Méndez con el Gobierno varias veces registró chispazos. Su mandato anterior al frente de la central fabril, que tuvo lugar entre 2009 y 2011, se caracterizó por una aceitada relación con la Asociación Empresaria Argentina (AEA), liderada por Héctor Magnetto, CEO de Clarín. En ese momento, Méndez dijo, mientras analizaba el proyecto de la CGT de participación de los trabajadores en las ganancias empresariales, que “Argentina se parece a Cuba”. Durante su primer período como presidente de la UIA (2005 a 2007) se pronunció en contra de la suba del salario mínimo y de la intervención estatal en las negociaciones salariales.

A diferencia de los últimos dichos críticos sobre el ministro Lorenzino, en el festejo del Día de la Industria, la semana pasada, Méndez le hizo un guiño al Gobierno al dejar en claro que la discusión alrededor de la competitividad no se resuelve con una brusca devaluación.