ECONOMíA › LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL CONSOLIDó SU RECUPERACIóN EN JULIO
La medición de la Unión Industrial Argentina arrojó un crecimiento fabril superior al estimado por el Indec. En julio avanzó 4,4 por ciento y en el año 2 puntos, según el relevamiento empresario. Automotrices, siderúrgicas y construcción, a la cabeza.
La actividad industrial creció en julio 4,4 por ciento en la comparación anual y 1,6 por ciento frente al mes anterior, impulsada por la siderurgia, insumos de la construcción y el sector automotor, señaló ayer el centro de estudios de la Unión Industrial Argentina (UIA). En cambio, cayó la producción de sustancias químicas y farmacéuticas y registró una baja moderada la industria textil y la edición e impresión. En el año, la industria nacional muestra una suba del 2 por ciento. Los datos del Indec, que fueron divulgados a fines de agosto, muestran en todas las comparaciones niveles de crecimiento industrial algo más moderados: 2,6 por ciento de suba interanual en julio y 1,7 en el acumulado de siete meses.
La manufactura local está recuperando el terreno perdido en 2012, luego del record de 2011. Esa mejora no es homogénea, ya que alrededor de la mitad de los rubros muestran subas y la otra mitad bajas, aunque leves en la mayor parte de los casos. En general, el segundo trimestre del año, con el impacto positivo de las paritarias en la demanda agregada, fue mejor para la industria que los tres meses previos. La UIA espera que el tercer trimestre sea de crecimiento, aunque algo menor debido a que la base de comparación en 2012 es más alta.
A pesar de la baja de la actividad industrial el año pasado, la cantidad de obreros ocupados subió levemente. Ese ritmo creció en el segundo trimestre de 2013. Las empresas sí realizaron un ajuste en las horas trabajadas, a través de la eliminación de horas extras, por ejemplo, de modo que la jornada total cayó en 2012 y avanzó en lo que va del año.
El Gobierno, en el último tiempo, reinstaló el debate sobre la competitividad industrial, de cara a algunos problemas puntuales de rentabilidad, pero sobre todo a partir de un notable déficit comercial de la industria, que se concentra en el bloque automotor y los bienes de capital. En ese escenario, la salida que preferirían algunos sectores exportadores de recursos naturales e insumos difundidos, aunque pocas veces lo propongan abiertamente, es un esquema de dólar alto y bajos salarios, que genera un mercado interno reducido y rentas extraordinarias. En esa línea se manifestó el año pasado Paolo Rocca, titular del Grupo Techint, cuando se quejó del valor de los salarios en dólares en relación con Brasil o México, países con otra estructura social y tradición sindical.
El economista Bernardo Kosacoff, experto en temas industriales, explicó ayer a Página/12 que “Argentina nunca va a ser competitiva por salarios bajos. Hay infinidad de países que están dispuestos a tener peores condiciones laborales, la carrera hacia abajo sería interminable. Es necesario desarrollar otro tipo de capacidades y dirigir los incentivos públicos para que mejoren la rentabilidad hacia actividades que permitan también ofrecer mejores condiciones sociales”. Fue en la presentación de un libro de su autoría sobre la internacionalización de la firma Arcor.
A nivel sectorial, el sector automotor creció en julio 9,1 por ciento y acumula en el año un avance de 17,3, dinámica que respondió a la tracción de las exportaciones y también a la activa demanda que muestra el mercado interno. En tanto, la puesta en marcha de un horno de acero crudo de Siderar permitió a la siderurgia crecer en julio un 28,7 por ciento. Los principales productos del rubro son acero crudo, hierro primario, laminados en caliente y en frío y aluminio.
Otro de los sectores que explican el crecimiento de la industria es la producción de insumos para la construcción, como cemento portland, ladrillos huecos, vidrios, pisos y revestimientos y pinturas, entre otros. Esos materiales se concentran en el rubro minerales no metálicos, que creció 12,5 por ciento en julio. El informe de la UIA advierte que la mejora en el desempeño del sector se explica por el impulso de la inversión pública y el Pro.Cre.Ar. Además, la restricción a la compra de dólares para atesoramiento impulsó las obras de refacción, que traccionan las ventas de materiales. En cambio, el sector inmobiliario continúa sin remontar.
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