La AFIP elevó de 100 a 146 pesos el componente del monotributo destinado a las obras sociales. El nuevo importe comenzará a correr con los pagos correspondientes a noviembre. Los contribuyentes de la categoría B, la más baja del régimen, pasarán a abonar un total mensual de 342 pesos, que equivale a un incremento del 15,5 por ciento. Como se trata de un monto fijo, el peso del aumento se reduce a 2,5 por ciento entre quienes más facturan. La medida era un reclamo de las obras sociales que ponen trabas administrativas para afiliar a monotributistas. El incremento permitirá facilitar el acceso a la cobertura de salud de esos trabajadores. Los otros dos componentes del monotributo –impositivo y seguridad social– no fueron modificados.

La decisión implementada ayer a través de una resolución de AFIP alcanza a 1,5 de los 2,2 millones de individuos inscriptos en el régimen de monotributo que son quienes pagan las tres partes del impuesto: impositivo, seguridad social y sistema de salud. El primero de ellos es variable según cada categoría –oscila entre 39 y 1600 pesos por mes–; en cambio, las partes correspondientes a seguridad social y el sistema de salud son montos fijos para todas las categorías. El último cambio en esos componentes se implementó en julio del año pasado, cuando la suba en la porción de la cuota destinada a la seguridad social fue de 110 a 157 pesos mensuales, y el sistema de salud pasó de 70 a 100 pesos por mes.

Los cambios presentados ayer se venían analizando hace varios meses, pero hasta ahora sólo se había anunciado la actualización de las escalas. En septiembre, en el marco de mesas abiertas de diálogo con sindicatos y empresarios después de las elecciones primarias, el Gobierno duplicó los topes de facturación para las escalas del monotributo. El próximo paso del organismo que encabeza Ricardo Echegaray será incrementar el componente del impuesto destinado a la seguridad social.

El incremento busca reducir las trabas administrativas para acceder a la cobertura médica que encuentran los trabajadores que aportan a sus obras sociales a través del régimen de monotributo. Con excusas como la “falta de cupos” o “ausencia de autorización”, las obras sociales dificultan y disuaden la afiliación de esos contribuyentes. Uno de los sectores más perjudicados por esa discriminación es el servicio doméstico. La obra social del Sindicato de Comercio (Osecac), es la más grande del sistema y la que cuenta con mayor cantidad de monotributistas, cerca de 300 mil individuos aportan a través del régimen. Osprera (peones rurales y estibadores), Construir y Unión Personal completan la lista de prestadoras de servicios de salud con más presencia de monotributistas.

Más allá de las trabas burocráticas, la razón por la cual las obras sociales buscan evitar la incorporación de monotributistas es el bajo pago mensual que realizan. El aporte promedio al sistema por afiliado oscila entre 250/300 pesos, pero los trabajadores inscriptos en el régimen aportan menos de la mitad. A las obras les corresponde el 90 por ciento del componente de salud del impuesto y el 10 por ciento restante va a un fondo solidario, utilizado hoy para cubrir patologías más caras. A partir de noviembre, las obras sociales recibirán 131,4 pesos por sus afiliados monotributistas. Adicionalmente, el Gobierno acordó con las obras sociales en septiembre utilizar los recursos de ese fondo solidario para facilitar la incorporación de los monotributistas. El nuevo subsidio, llamado Sumarte, todavía no fue implementado por la Superintendencia de Servicios de Salud y la AFIP. Cuando entre en vigencia, las obras sociales que perciban esos recursos embolsarán cerca de 200 pesos por afiliado monotributista.

El próximo paso será incrementar el componente del impuesto destinado a la seguridad social. Cualquier monotributista, tanto aquel que factura 4 mil pesos por mes como el que cuenta con ingresos por 24 mil pesos mensuales, realiza un aporte jubilatorio de 1884 pesos anuales (157 pesos por mes). En tanto, un trabajador con un salario bruto de 10.000 pesos realiza un aporte mensual al sistema de 1100 pesos. El objetivo del monotributo es la inclusión y no la recaudación, reconociendo las diferencias que existen entre los asalariados en relación de dependencia y los monotributistas. Sin embargo, desde el equipo económico reconocen que la extensión del régimen –alrededor del 12 por ciento de los trabajadores que aportan al sistema jubilatorio lo hacen bajo el monotributo– exigen una revisión para no afectar la sustentabilidad del sistema.