ECONOMíA › ENCABEZARá UNA UNIDAD DE REESTRUCTURACIóN DE DEUDA
Los cambios de gabinete incluyeron la creación de una Unidad Ejecutiva de Reestructuración de Deuda, cuyo titular será el hasta ayer ministro de Economía, Hernán Lorenzino, quien además será propuesto como embajador ante la Unión Europea. Entre los frentes a resolver por el funcionario se encuentran la negociación con los fondos buitre que no aceptaron el canje, la deuda impaga con el Club de París y las demandas pendientes en el Ciadi.
Buitres. El fallo a favor de los fondos buitre en la Cámara de Apelaciones de Nueva York llevó al Gobierno a evaluar distintas estrategias para evitar el default, pues, si bien aún resta el pronunciamiento de la Corte Suprema de Estados Unidos, las chances de revertir esa decisión son bajas. El 26 de agosto, Cristina Fernández de Kirchner anunció el envío al Congreso de un proyecto de ley para abrir el canje de deuda por tercera vez, el cual ya se aprobó, y además le ofreció al 93 por ciento que ingresó al canje la posibilidad de reemplazar sus títulos por unos nuevos en la misma moneda, monto, plazo y tasa, pero que se abonarán en Buenos Aires para dar una garantía adicional. Esta segunda alternativa está disponible, pero todavía no se avanzó porque un grupo de holdouts que sí ingresaron al canje están negociando con los buitres para comprarles sus títulos en default y después entregar esos bonos al Estado nacional, en el marco del canje que se reabrió este año. Los holdouts deberían resignar su pretensión de querer cobrar el ciento por ciento. La diferencia respecto de la quita que tendrán esos papeles al ingresar al canje será abonada por este grupo de bonistas a través de resignar parte de los intereses de sus bonos reestructurados. La estrategia prevé que la pérdida inicial de los bonistas sería más que compensada a futuro por las subas en el precio de los bonos. Lorenzino será el encargado de monitorear esa negociación y explorar otras opciones.
Club de París. La regularización de la deuda con los 19 países que integran el Club de París, entre los cuales se encuentran las principales potencias europeas, serviría para promover inversiones privadas al país. Los pagos se interrumpieron en 2002 y si bien desde entonces se negoció varias veces nunca se terminó de cerrar un acuerdo. Luego de que el país concretara su primer canje de deuda en 2005 y le pagara al FMI en diciembre de ese mismo año, comenzó formalmente la negociación. En noviembre de 2006, la entonces ministra de Economía Felisa Miceli envió una carta a la entidad donde dejó sentada la intención de negociar, pero el Club exigía a los países endeudados presentar un esquema de sustentabilidad de su deuda y el compromiso de adoptar políticas que aseguren su repago en el tiempo, en el marco de un acuerdo con el FMI. El Gobierno rechazó esa exigencia y no hubo avances hasta que el 2 de septiembre de 2008, la Presidenta anunció que se cancelaría la deuda con la utilización de reservas del Banco Central. Luego, el estallido de la crisis internacional y la agudización de las dificultades crediticias en todo el mundo llevaron a la Argentina a postergar la decisión.
Ciadi. Lorenzino cerró un acuerdo el mes pasado con cinco empresas extranjeras que reclamaban 677 millones de dólares en el Ciadi, pero aún quedan reclamos pendientes. 55 fueron los juicios que Argentina debió enfrentar en el Ciadi luego de la salida de la convertibilidad. Seis fueron recurridos con pedidos de nulidad, 19 se abandonaron o se cerraron con acuerdos de partes y seis finalizaron en favor del Estado. A la vez, 16 se están tramitando y ocho juicios tuvieron laudos en contra del Estado. De esos ocho surgieron los cinco que el Gobierno pagó.
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