ECONOMíA
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Poné el numerito y convencé al FMI
Lavagna propone un superávit fiscal, o sea el ajuste de las cuentas, del 3 por ciento del PBI para el 2004, elevándolo a 3,2 y a 3,4 en los siguientes dos años. Implica un excedente de 12.600 millones de pesos, 3400 millones más que en este año, para pagar deudas.
› Por David Cufré
La negociación con el FMI ingresó en una etapa de definiciones políticas. Los números finales que se anoten en el acuerdo dependerán de la fortaleza y la habilidad de cada parte para imponer su posición. En la meta fiscal, Roberto Lavagna propuso elevar el superávit primario el próximo año al equivalente de 3 puntos del PIB, estimado en unos 420.000 millones de pesos o 145.000 millones de dólares. El excedente fiscal rondaría de ese modo los 12.600 millones de pesos, contra un superávit de 9200 millones este año. La magnitud del ajuste queda reflejada en toda su dimensión si se compara con el superávit promedio de la década del ‘90, que ascendió a 0,5 puntos del PIB. El esfuerzo fiscal se multiplica por seis cuando la pobreza y el desempleo alcanzan niveles superlativos.
Para los años siguientes, los números que se dibujan en Economía son de un superávit de 3,2 por ciento en 2005 y de 3,4 puntos en 2006. Lavagna le advirtió al secretario del Tesoro de Estados Unidos, John Snow, con quien se reunió la semana pasada en Washington, que una serie de gastos que se mantendrán congelados o semicongelados en 2004 deberán aumentar a partir del año siguiente. Por ejemplo, los salarios del sector público. El año que viene seguirán sin cambios, pero el jefe de Hacienda reconoció que al Gobierno le resultará cada vez más difícil soportar la presión de los trabajadores.
Lavagna enfatizó en aquella reunión con Snow que el Fondo tiene que ser realista. Dijo, por ejemplo, que era desmedido su planteo inicial de un superávit de 7 por ciento en 2006. La diferencia se habría achicado bastante, al punto que en el Palacio de Hacienda descartan un superávit mayor a 3,5 puntos para el último año del acuerdo, y mencionan una cifra menor. Igualmente, queda claro que el esfuerzo fiscal será mayúsculo, y que la devaluación sin redistribución del ingreso produjo el ajuste que tanto reclamaba el FMI. Para el año que viene, por caso, se proyectan unos 3500 millones de pesos para inversión pública, un 40 por ciento más que los 2500 millones de este año, pero todavía muy lejos de cifras razonables. De hecho, será casi un 25 por ciento menor que la de 1998, medida en valores constantes. Eso pone un techo a la recuperación.
El ministro recibió ayer al jefe de la misión del FMI en Argentina, John Dodsworth. El economista inglés presentó un ejercicio de simulación con diferentes hipótesis macroeconómicas y su impacto en la reestructuración de la deuda. Página/12 pudo saber que una de las diferencias técnicas más importantes en la negociación con el Fondo es el cálculo de la evolución del tipo de cambio. Economía estima un dólar promedio de 2,84 en 2004, contra un promedio de 2,94 este año. El FMI considera que el dólar estará en torno a 2,50. Mientras mayor sea la apreciación de la moneda, más dólares podrá comprar el Estado para pagar a los acreedores. Pero si el dólar baja, el Gobierno recaudará menos por retenciones y se enfrentará a una economía menos competitiva.
Con esa hipótesis, el FMI quiere saber cómo hará el Gobierno para conseguir el superávit previsto. Lavagna responde que la estimación de base de los técnicos del organismo es errónea, porque el dólar estará más arriba de lo que ellos creen. La inflación, en tanto, se estima en 10 por ciento para 2004. Así figura hasta el momento en los documentos que sirven de base para la confección del proyecto de Presupuesto.
El mismo informe ubica en 4 por ciento la estimación del crecimiento económico, considerando que el PIB aumentará 5,5 puntos este año. Sin embargo, el resultado de 2003 podría ser mejor, según proyectan economistas del Gobierno y del sector privado. Empieza a cobrar fuerza la idea de que la economía se expandirá cerca de un 6 por ciento. Ese desempeño tiene su correlato en el campo fiscal. La meta de un superávit de 2,5 puntos que se fijó en el acuerdo actual con el FMI será sobrecumplida en una o dos décimas, tomando el resultado global Nación y provincias. Lavagna volvió entusiasmado de Washington, adonde asegura haber obtenido un fuerte respaldo, tanto para el Gobierno como en términos personales. Eso lo fortalece en su puesto, cuando Lavagna sabe que la city se divierte mencionando nombres de posibles reemplazantes. Que el jefe de Economía se haya convertido en un interlocutor confiable para el FMI y para Estados Unidos es una señal de cómo marchan las negociaciones.
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