El ministro de Economía, Axel Kicillof, se reunió en Estados Unidos con autoridades del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El funcionario encabeza la delegación argentina que arribó ayer a Washington para participar del encuentro semestral conjunto de esos organismos. Con los directivos del BM, Kicillof analizó la ejecución de los créditos en marcha, fundamentalmente aquellos destinados a infraestructura y desarrollo social, y evaluaron la posibilidad de acelerar el desembolso de las nuevas líneas de financiamiento por 3000 millones de dólares acordadas el año pasado. El Palacio de Hacienda no realizó precisiones sobre el encuentro con un directivo del Fondo.

El organismo difundió hace tres días el World Economic Outlook, la publicación semestral del FMI sobre las perspectivas económicas globales, donde advierte sobre una “marcada desaceleración” en Argentina y sugiere al Gobierno dejar de aplicar políticas fiscales y monetarias expansivas. Por su parte, el G-24, un foro intergubernamental que reúne a un grupo de países en desarrollo, expresó su respaldo a la Argentina en la disputa con los fondos buitre.

Las líneas de financiamiento del Banco Mundial representan una fuente de divisas relevante frente a la tensionada cuenta corriente. Desde el Palacio de Hacienda indicaron que durante la reunión con Sri Mulyani Indrawati, oficial principal de Operaciones y directora gerente del BM, se analizó el cronograma de desembolsos de las líneas en ejecución así como la puesta en marcha de los préstamos convenidos el año pasado. En diciembre pasado, el Gobierno acordó un programa de créditos por 3000 millones de dólares con el organismo que serán desembolsados entre 2014 y 2016. El titular del Palacio de Hacienda arribó a Estados Unidos acompañado por el secretario de Finanzas, Pablo López, y en la capital norteamericana se les sumó la embajadora argentina en ese país, Cecilia Nahón.

El martes, el FMI difundió el WEO donde retomó sus críticas a la política económica Argentina, cuestionamiento que fueron recibidos con malestar por el Gobierno. “Las políticas macroeconómicas que han sido continuamente expansivas han dado lugar a un alto nivel de inflación y a una disminución de las reservas oficiales de divisas”, sostiene el documento del Fondo en referencia a las herramientas desplegadas para preservar los niveles de consumo y empleo. Ayer no trascendió con qué directivo del FMI se reunió Kicillof, aunque el interlocutor tradicional ha sido hasta ahora Alejandro Werner, director del Departamento Occidental.

Durante 2013, después de que el FMI amenazara con sancionar al país, el Gobierno comenzó a trabajar en conjunto con el organismo en la mejora de las estadísticas de precios y nivel de actividad. Esas modificaciones se cristalizaron durante el primer trimeste. A lo largo de los últimos años, el Fondo sugirió al Gobierno en diversas oportunidades que el país vuelva a aceptar las auditorías anuales de la economía como marca el artículo IV del estatuto del organismo, y que Argentina rechaza desde 2006, cuando le pagó al organismo multilateral el total de la deuda.

Pero las críticas ortodoxas no se limitan al FMI. Ayer, el economista jefe del Banco Mundial para América Latina, Augusto de La Torre, consideró que Argentina “requiere ajustes macroeconómicos en el corto plazo” en materia fiscal y monetaria. El funcionario del BM “destacó” el crecimiento económico argentino a lo largo de los últimos 12 años pero, en sintonía con el recetario ortodoxo del FMI, consideró que el país tiene que mejorar “la confiabilidad de sus instituciones para que los inversionistas locales e internacionales puedan hacer apuestas a largo plazo”.

Por la tarde, el funcionario participó del convite de ministros de Economía y presidentes del bancos centrales del G-20, cumbre que este año es coordinada por Australia. En contraste con la demanda de políticas contractivas realizada por el FMI, durante el encuentro con sus pares del G-20, Kicillof resaltó “la importancia de impulsar la demanda agregada para alcanzar una recuperación sostenida de la economía global así como las prioridades de creación de empleo y reducción de la de-sigualdad, como ejes de un desarrollo sustentable en el largo plazo”, informó Economía.