Lunes, 7 de julio de 2014 | Hoy
ECONOMíA › TEMAS DE DEBATE: PROPUESTAS HETERODOXAS PARA DEJAR ATRáS LA RECESIóN QUE SE INICIó A FINES DE 2013
La economía está funcionando con capacidad instalada ociosa, por lo que debería responder a los estímulos de la demanda sin impactar en los precios. El Pro.Cre.Ar o el reciente Pro.Cre.Auto resultan dinamizadores y tienden a generar impactos positivos.
Producción: Tomás Lukin
Por Alfredo T. García *
La economía argentina mantiene la tendencia al amesetamiento iniciada a mediados de 2013 con sectores que están aumentando su producción y otros que evidencian retrocesos. La industria muestra una tendencia declinante, pero resulta muy difícil evaluarla como un todo, ya que cada sector manufacturero tiene sus propias características. Los aumentos salariales otorgados a partir de la firma de las paritarias, sumados a una morigeración de los aumentos de precios, tenderá a generar una mejora en el consumo, que se vio afectado en los últimos trimestres. La economía está funcionando con capacidad instalada ociosa, fruto de estos años de importante inversión, por lo cual debería responder a los estímulos de la demanda sin impactar en los precios. Las medidas de fomento implementadas, como el Pro.Cre.Ar o el reciente Pro.Cre.Auto, resultan dinamizadoras y tienden a generar impactos positivos en los sectores involucrados. Sólo manteniendo el poder de compra popular la economía podrá seguir avanzando.
No obstante, el crecimiento productivo tiende a generar una mayor demanda de importaciones, y aquí aparece la cuestión de la restricción externa, dado que aún se mantiene la estructura productiva desequilibrada, según la definió Marcelo Diamand; ésta obliga a coordinar las políticas monetaria, cambiaria y productivas.
En este entorno, el caudal de exportaciones es definitorio. Para fomentarlo resulta deseable mantener el tipo de cambio real multilateral en los niveles a los que llegó en enero de este año, al igual que se requieren políticas productivas de fomento a las exportaciones. No obstante, dada la suspensión para el atesoramiento de divisas, salvo el margen permitido mensualmente por la AFIP, y la devoción argentina por el ahorro en dólares o en algún sucedáneo, como el estoqueo de productos exportables, el estímulo para liquidar divisas se encuentra vinculado, aunque no únicamente, a una tasa de interés por depósitos a plazo fijo no muy alejada de las tasas de inflación. Y allí se produce un maridaje entre las tres políticas mencionadas.
Para compensar las altas tasas del momento, el BCRA está utilizando las nuevas capacidades y objetivos de la Carta Orgánica de 2012 para orientar el crédito a través de la línea para la inversión productiva, la regulación de las comisiones bancarias y de las tasas de interés a los préstamos a las personas, herramientas que tienen una alta potencialidad para darle un sesgo positivo a la actividad económica, y resulta deseable que se continúen generando nuevas políticas activas desde la autoridad monetaria.
Es necesario pensar en distintas regulaciones, novedosas, que garanticen los saldos exportables necesarios, evitando un excesivo incremento en los stocks de bienes exportables, junto con políticas de incentivación y mejora de la producción, y la determinación de márgenes “razonables” en las distintas etapas de las principales actividades productivas. Estas son medidas factibles, aunque no son de fácil implementación, luego del desarme del Estado activo que se verificó durante los neoliberales noventa. No significa reponer los organismos regulatorios que fueron cerrados, sino crear otras instituciones o reglamentos adecuados al momento actual, incorporando el concepto de democracia participativa, tanto en la definición de los instrumentos y organismos, como en su administración, con la necesaria participación estatal, compartida con los productores y consumidores. Este concepto de participación democrática está siendo positivamente utilizado en la implementación del programa de Precios Cuidados, y sería deseable una mayor profundización. De la misma forma, el diseño de una política industrial sustitutiva de importaciones debe gestarse desde el trabajo profundo entre el Estado y los distintos sectores involucrados.
Una reforma fiscal con un profundo sesgo progresivo y que fomente la actividad de las pymes es una condición indispensable para seguir avanzando, como también lo es la necesidad de derogar la ley de entidades financieras de la dictadura, por una ley pensada para los usuarios de servicios financieros. No son cuestiones de fácil resolución, pero es la alternativa a otra solución presentada como mucho más simple y eficiente, la libertad de los mercados, cuyos atroces resultados ya conocemos.
* Economista jefe Banco Credicoop Investigador CCC Floreal Gorini.
Por Diego Kofman *
La actividad económica asiste al segundo trimestre consecutivo de retracción. Los principales factores que explican ese escenario son la caída del consumo privado y la reducción de las exportaciones netas (el saldo entre las ventas y las compras al exterior). El segundo trimestre de 2014 quizá será el tercero con una pauta similar. Entre los elementos que explican el primer factor, podemos mencionar la caída del poder de compra derivado de la aceleración del proceso inflacionario que tuvo lugar entre junio de 2013 y marzo de este año. También se puede mencionar la incertidumbre producida por la desestabilización cambiaria y la posterior devaluación de principios de año. En tanto, en relación con el segundo factor mencionado podemos señalar el impacto que tiene la retracción de la demanda externa al sector automotor y la retención de granos por parte del sector agroexportador.
Para enfrentar esta situación en el corto plazo puede ser provechoso articular políticas públicas haciendo eje en la consolidación de la actual tendencia a la baja del proceso inflacionario, con medidas que apuntalen el programa de Precios Cuidados. El control de la inflación permitirá que el actual proceso de negociaciones paritarias redunde en una recuperación del poder de compra de los trabajadores. Eso dinamizaría el consumo privado. En esa dirección deberá colaborar también el Consejo del Salario cuando defina el salario mínimo vital y móvil que regirá a partir del segundo semestre del año. Podría tomarse como guía el porcentaje de la última actualización de la Asignación Universal por Hijo del 40 por ciento.
El control de la inflación también ayudaría para consolidar el actual nivel de tipo de cambio establecido por el Gobierno. Esto despejaría incertidumbre y daría también su impulso hacia el consumo, el crédito y la producción. Paralelamente se puede pensar en la instrumentación de políticas de crédito productivo con tasas subsidiadas, especialmente orientadas al incremento de la producción de bienes incluidos en Precios Cuidados. Esto reforzará el programa de administración de precios y permitiría un incremento de la oferta acorde con la mayor demanda de consumo.
Una de las bondades que mostró el Pro.Cre.Ar fue la orientación del consumo hacia un bien que, además de su importancia material y simbólica, tiene una cadena productiva totalmente local y mano de obra intensiva. Con esa lógica deberían pensarse las políticas que busquen recuperar el consumo. Una posibilidad en el mismo sentido es la devolución del IVA para las compras de artículos incluidos en Precios Cuidados, realizadas con tarjetas correspondientes a la AUH, Progresar y a las jubilaciones mínimas. Por otra parte, el reciente programa Pro.Cre.Auto apunta a redinamizar la producción de un sector que sufrió el doble impacto de la retracción del consumo privado y de las exportaciones.
En definitiva, se trata de pensar medidas que apunten a la expansión del gasto, la promoción del empleo y la producción, a la par que se avanza en el control de los precios. Siempre manteniéndonos alejados de las recetas ortodoxas que proponen el ajuste del gasto como herramienta para controlar la inflación, recetas que en un pasado reciente llevaron al país a una situación extrema de pobreza, desempleo, recesión y endeudamiento externo.
El otro punto que se deberá atender es el de las exportaciones. Una gran parte de la caída se debe a la retención especulativa de granos que hacen los productores. El impacto negativo sobre el nivel de actividad económica que implica una caída en las exportaciones netas, puede ser compensado por mayor consumo, público y privado, pero con un menor ingreso de divisas. De todos modos es esperable que la consolidación del tipo de cambio desincentive la especulación y se dinamicen las exportaciones agrícolas. Adicionalmente debemos considerar los pagos de deuda externa y la importación de combustible, elementos que implican esfuerzos de corto plazo en el sector externo de la economía.
En términos de mediano y largo plazo, es importante considerar los problemas estructurales que derivan en la restricción externa, con los que siempre chocaron los modelos de crecimiento en nuestro país. Esto implicará una mayor integración de las cadenas de valor local, el desarrollo del sector productor de bienes de capital, la recuperación del sector energético, la reorientación de las pautas de consumo y de los modelos productivos. Paralelamente, el avance sobre el empleo en negro, el apoyo a los trabajadores de la economía social y a la agricultura familiar serán imprescindibles para lograr transformar el crecimiento en desarrollo y la inclusión en justicia social.
* Licenciado en Economía. Miembro de la Red de Economía Política de Rosario.
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