El subsecretario de Coordinación del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, informó ayer que el crecimiento de la importación de energía proveniente de Uruguay se debe a la mayor actividad de la represa binacional Salto Grande, debido a la fuerte crecida del caudal del río Uruguay. “Contractualmente hubiese correspondido que (esa energía) la tomara la República de Uruguay, pero como tenía su demanda totalmente satisfecha, para evitar problemas técnicos debió ser tomada por el sistema argentino”, aseguró.

De ese modo, el funcionario respondió a una nota del diario La Nación que cuestionó el crecimiento interanual de las importaciones de energía provenientes del país vecino en un contexto de recesión económica. Baratta aclaró que “la alternativa técnica hubiese sido verter ese mayor caudal de agua del río Uruguay sin turbinarlo, es decir sin generar energía, lo que desde el punto de vista económico hubiera sido muy poco conveniente para el sistema argentino, dado que habría perdido energía de bajo costo”. “Seguramente una medida así hubiera merecido el elogio de ese periodista del diario La Nación (en referencia al autor de la nota), que es un habitual defensor ideológico del import parity, es decir de que los argentinos paguemos la energía dolarizada por más que podamos obtenerla a menor costo por una hecho extraordinario como la crecida del río”, amplió. Además, aclaró que las compras de energía eléctrica por parte de Argentina no representan más del 0,15 por ciento del consumo total, “es decir el peso de la importación es insignificante y sólo se produce en ocasiones puntuales donde hay un incremento intempestivo del consumo acotado en el tiempo que, por cuestión de costos, no justifica el encendido de una central que se encuentra en reserva”.