ECONOMíA
En guardia por el compromiso de endurecer las notas de deudores
La banca está alerta por el compromiso asumido con el FMI de eliminar las medidas que flexibilizaron los criterios de calificación de deudores. Presionan para que el BCRA extienda el actual régimen.
› Por David Cufré
El Gobierno se comprometió con el FMI a eliminar las medidas que flexibilizaron los criterios de calificación de deudores con el sistema financiero. Poco después de la crisis de diciembre de 2001, el Banco Central empezó a dictar una serie de resoluciones que buscaron facilitar el acceso al crédito a empresas y particulares. La última de las normas, que ratificó y extendió el alcance de las anteriores, fue implementada en abril pasado. Sin embargo, el punto 41 del acuerdo con el Fondo que acaba de firmarse establece que esos “elementos de tolerancia con la morosidad se eliminarán para fines de diciembre de 2003”.
El paquete que se suprimirá contempla una flexibilización en las reglas de “calificación de deudores, previsiones bancarias por riesgo de incobrabilidad y graduación del crédito”. El presidente de la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (Abappra), Carlos Heller, cuestionó esa decisión. “En lugar de eliminarla, nosotros pedimos que se profundice la línea que se siguió este año”, comentó en un encuentro con periodistas organizado por el Banco Credicoop, del que también es titular. “Lo que se acordó con el FMI es preocupante porque la crisis no ha sido superada y no parece adecuado volver a los criterios más rígidos anteriores”, agregó el economista jefe de esa última entidad, Leonardo Bleger.
Otras fuentes del sistema bancario que mantienen un contacto fluido con el Ministerio de Economía coincidieron en que endurecer los parámetros de calificación sería un error, pero señalaron a Página/12 que Roberto Lavagna y Alfonso Prat Gay trabajan en un nuevo esquema que rescata la filosofía del actual. De hecho, el presidente del Banco Central mencionó la semana pasada en Dubai, durante su participación en la asamblea del FMI, que se tomarán medidas para incentivar el crédito, entre las que mencionó una posible baja de encajes y nuevas facilidades para recategorizar a deudores.
El financiamiento bancario al sector privado sigue estando en niveles muy bajos. Los datos del Central, recopilados en un informe que presentó Bleger, revelan que este mes los créditos equivalen apenas al 8 por ciento del PIB. Una experiencia que conviene tomar en cuenta para advertir el tiempo que puede llevar la recuperación en ese segmento es la mexicana. Ocho años después del Tequila, en ese país el crédito bancario al sector privado representa el 15 por ciento del PIB. La cifra todavía es pobre si se compara con el 20 por ciento de Brasil e incluso con el 23 por ciento argentino de enero de 2002. La diferencia es muy grande en relación al 66 por ciento chileno y sideral respecto al 95 por ciento español y al 108 por ciento de otros países de la zona del euro.
La banca extranjera es la que más se replegó, mientras que las entidades públicas y cooperativas mantienen el liderazgo en la entrega de créditos. Una de las razones, más allá del rol que asumen esos bancos, es que ganaron terreno en la captación de depósitos luego de la crisis y eso aumentó su capacidad prestable. Los bancos privados extranjeros pasaron de una participación en los depósitos del 51,1 por ciento en diciembre de 2001 al 36,9 por ciento en junio pasado, mientras que los públicos saltaron del 31,9 al 41,7 por ciento y los privados nacionales subieron del 17 al 17,9 por ciento. El 3,5 por ciento restante está en los tres bancos que pertenecían al grupo Crédit Agricole y que por ahora administra el Banco Nación. La misma evolución se advierte en la cantidad de entidades que integran el sistema bancario. De las 167 que había en 1991 se pasó a 88 en 2000 y a 77 este año. Los extranjeros eran hace tres años 39 y ahora son 27, mientras que los privados nacionales bajaron de 34 a 32 y los públicos subieron de 13 a 16.