La actividad agropecuaria en once provincias atraviesa una crisis cada vez más grave a raíz de la sequía. Las imágenes de animales muertos empiezan a repetirse en distintos distritos, mientras que las mayores pérdidas en la agricultura se dan en la producción de trigo y girasol. Las cámaras empresarias del sector reclaman ayuda a los gobiernos provinciales. Varios de ellos ya han declarado la emergencia agropecuaria o se disponen a hacerlo y a la vez extendieron la solicitud de ayuda al gobierno nacional. El pedido es que el Estado asista económicamente a los productores para que puedan sostener su actividad. Por ejemplo, facilitando la compra de forrajes para el ganado.
La sequía afecta a vastas extensiones productivas de Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, Entre Ríos, Corrientes, Chaco, Formosa, Salta y Jujuy. “La crisis amenaza seriamente a toda la actividad agropecuaria del país”, alertaron los equipos técnicos de Coninagro. El problema se torna más crítico para algunas regiones por la época del año al que ha llegado. Por ejemplo, en la pampa húmeda los productores deben decidir la siembra para la cosecha gruesa. La pérdida de tiempo puede afectar los rindes, pero a la vez resulta riesgoso sembrar en estas condiciones y tal vez sería más conveniente esperar una eventual mejora de la situación. Algunos datos reflejan la profundidad del problema:
- En La Pampa se contabilizan más de 6000 animales muertos y 300 mil toneladas de trigo perdidas. El gobierno provincial solicitó al de la Nación que declare la emergencia económica para más de 11 millones de hectáreas desde el 1 de octubre al 31 de diciembre.
- “Estamos sufriendo una de las peores adversidades climáticas de los últimos 40 años”, sostuvo el ministro de Producción pampeano, Néstor Alcala. “Las pérdidas en trigo equivalen a unos 90 millones de pesos”, se lamentó.
- En el sur bonaerense los registros de lluvia se encuentran por debajo de los históricos desde 1929. Desde comienzos de año se registraron precipitaciones por sólo 180 milímetros. El problema se está extendiendo a otras zonas de la provincia.
- De acuerdo a cálculos oficiales, la producción argentina de trigo bajará en esta campaña en un 15 por ciento y se prevén caídas similares en la producción de girasol.
- En Mendoza la sequía lleva casi seis meses y se ha cobrado alrededor de 20.000 cabezas de ganado bovino y 22.000 ejemplares caprinos, dejando pérdidas que se estiman en 37 millones de pesos. El gobierno provincial también declaró la emergencia y pidió que se dicte la emergencia nacional, para otorgar beneficios fiscales a los productores más afectados.
- Los registros de lluvia de Formosa, adonde predomina la ganadería, son los más bajos desde 1993.
Otra complicación adicional es que en esta época comienza la etapa reproductiva del ganado vacuno, y las condiciones son francamente desfavorables. Los productores que arriendan campos para el engorde de sus animales también sufren, porque hay menos campos disponibles, lo que aumenta los precios. A ese cuadro se suman los incendios de plantaciones perennes que afectan el patrimonio de los productores, potenciando el peligro y las pérdidas.