El último balance cambiario del Banco Central, conocido ayer y con datos del mes pasado, da cuenta de una mayor demanda de dólares por parte del sector privado. De hecho, por primera vez en 14 meses se registró un déficit en el mercado libre de cambios. Fue de 21 millones de dólares. Según el informe del Banco Central, se notó una mayor salida de capitales.
Esa fuga de divisas –que para la contabilidad del Central da lo mismo si se trata de huida de capitales al extranjero o de compra de billetes verdes para guardar en el colchón– alcanzó en septiembre a 585 millones de dólares. Ese incremento de la demanda de dólares se explicó, según el trabajo oficial, por las compras de quienes sacaron sus fondos del corralón y también por la mayor captación de las propias entidades financieras. En la city también sostienen que la sensible caída de las tasas de interés pasivas influyeron para que muchos inversores se volcaran por la moneda dura en lugar de invertir en plazos fijos.
A esta mayor demanda de divisas se sumaron los giros que la Argentina hizo a favor de los organismos internacionales. Por ese motivo, las reservas del Central bajaron 254 millones de dólares el mes pasado. Es decir que los dólares que ingresan por el comercio exterior no alcanzaron para evitar esos egresos. Durante septiembre, el Gobierno pagó 2908 millones de dólares al Fondo Monetario. De este total, Washington desembolsó 2592 millones. Esto significa que existe un saldo a favor del Fondo en 316 millones que debería compensarse en los próximos meses, de acuerdo con lo firmado en el último convenio.
En las últimas semanas se nota una menor preferencia por acumular dólares. El Central, que hasta finales de septiembre adquiría 10 millones de dólares diarios en el mercado, pasó a comprar tres veces más en las últimas jornadas. El objetivo: mantener al dólar lo más cerca posible de los 3 pesos. Ayer cerró a 2,87 pesos por dólar.
En los primeros nueve meses del año, la cuenta corriente cambiaria (dólares que ingresan por el comercio exterior restados los que salen por pagos al extranjero) acumuló un superávit de 6789 millones de dólares. Esta performance permitió elevar las reservas del BCRA en 2972 millones en el período. Entre enero y septiembre, la fuga de capitales sumó 3419 millones de dólares. Mientras tanto, el saldo neto con los organismos internacionales resultó deficitario en 1630 millones.