En los últimos días se conoció el “Barómetro de la deuda social argentina” que produce el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica (OSDA-UCA). En el mismo se señala que la pobreza alcanzaba al 28,7 por ciento de la población hacia finales de 2014. La cifra es similar al porcentaje de pobreza de los años noventa. La falta de estadísticas oficiales de pobreza brindó la oportunidad para que el Observatorio se presente ante la sociedad como una fuente fiable de información sobre la situación socioeconómica de los más humildes. Sin embargo, OSDA parece recurrir a los mismos métodos que critica al Indec.

En primer lugar, porque la medición de las canastas con que se determina el umbral de ingresos para saber quién es pobre, acumula una inflación del 201 por ciento entre 2010 y 2014 según el último Barómetro. Si se considera que la inflación del mismo período de acuerdo a índices provinciales fue de 164 por ciento y la del Congreso de 172, se llega a la conclusión de que OSDA-UCA sobreestima los aumentos de precios incrementando, por ende, los porcentajes de pobreza.

En segundo lugar, porque utiliza una muestra de hogares que “capta deficientemente los hogares con los ingresos medios-altos y altos, lo que permite tener índices de pobreza e indigencia más elevados pero mayor homogeneidad en la distribución de ingresos”. Es decir, al excluir del análisis a los hogares de mayores ingresos, el porcentaje de pobreza es muy elevado, pero la desigualdad muy baja. En la página 60 del “Barómetro de la Deuda Social Argentina” se indica que los hogares incrementaron el poder de compra de sus ingresos per cápita un 12,3 por ciento, mejorando los de hogares con nivel socioeconómico bajo y muy bajo un 10,0 y 13,3 por ciento, respectivamente. Por su parte, en la página 211 (Nota de Investigación), se indica que el Gini pasó de 0,43 a 0,41 en dicho período, indicando una mejora en la equidad distributiva. Si los ingresos de los hogares de menor nivel socioeconómico mejoran y la desigualdad disminuye, es obvio que la pobreza debe descender. No es así para el Observatorio, que asombrosamente presenta un estancamiento de la pobreza pasando apenas del 28,8 al 28,7 por ciento. ¡Un caso único en el mundo!

Las inconsistencias señaladas evidencian que las cifras de pobreza que presenta el OSDA-UCA no reflejan la realidad social de nuestro país en materia de pobreza por ingreso. Para tener una información más realista, desde el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) realizamos estimaciones sobre la evolución del porcentaje de población bajo la línea de pobreza desde el 2003 hasta el segundo semestre de 2014, haciendo uso, desde 2007, de canastas de pobreza propias, confeccionadas ajustando las canastas de Indec de diciembre de 2006 con la información de precios que brindan algunos institutos de estadísticas provinciales. Esas canastas fueron comparadas con las declaraciones de ingreso de hogares de la EPH llegando a las siguientes conclusiones:

- El porcentaje de población pobre, que era del 45,8 por ciento en el segundo semestre de 2003, se ubicó 16,1 en el segundo semestre de 2014, es decir, 1 de cada 3 argentinos salió de la pobreza en los últimos 12 años.

- Las claves para ello fueron la creación de empleo y mejora del poder adquisitivo del salario.

- La reducción de la pobreza estuvo asociada a las políticas públicas redistributivas.

- En la comparación entre el segundo semestre de 2014 y el mismo período de 2013, se percibe un incremento en los porcentajes de población pobre de 2,2 puntos porcentuales, asociado a la aceleración inflacionaria que produjo la devaluación acelerada del tipo de cambio oficial.

- La evolución de jubilaciones, asignaciones, salarios y precios en la primer mitad de 2015 hacen prever cierta mejora en el indicador de pobreza en el corriente año.

* Director del C. de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz.