“Sin un marco legal global para reestructurar las deudas, se acaban los incentivos para que los acreedores de buena fe se sienten a negociar con los países”, afirmó el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería, Carlos Bianco. En Nueva York, el funcionario participó de la tercera reunión de trabajo del comité ad hoc de Naciones Unidas creado el año pasado para avanzar en el diseño de un mecanismo internacional para organizar las reestructuraciones de deuda soberana en default. “El accionar de los fondos buitre generó un déficit en la regulación y tenemos que ser capaces en la ONU, como foro político fundamental y más democrático del mundo, de volver a regular a escala internacional el poder de estos fondos absolutamente inescrupulosos”, expresó ayer Bianco.

“¿Quién va a ser el tonto que va a sentarse de buena fe a reestructurar su deuda con una quita, con alargamiento de plazos, con países soberanos, si sabe que después por la vía del litigio puede ganar un monto mayor, exorbitante?”, advirtió el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores durante su exposición. La decisión de la Justicia estadounidense a favor de un grupo de buitres despertó la atención de Naciones Unidas, donde en septiembre del año pasado se abrió un espacio de discusión impulsado por el G-77 más China.

De los 193 miembros de la ONU, 124 votaron a favor de comenzar a diseñar un marco legal que permita conducir en forma organizada las reestructuraciones de deuda soberana en default. Entre quienes se opusieron figuran Estados Unidos e Inglaterra, principales plazas emisoras de títulos de deuda soberana. Como evidencia la experiencia argentina, la participación en una negociación es opcional y un acreedor puede decidir no participar y/o recurrir a la vía legal, como hicieron los buitres. El objetivo de la discusión es crear un instrumento que, entre otros aspectos, obligue a participar a la totalidad de los acreedores de esos procesos.

Bianco expresó ayer la expectativa del gobierno argentino sobre la posibilidad de que hoy se apruebe un documento con una serie de principios sugeridos para llevar adelante las reestructuraciones de deuda soberana. “Nosotros entendemos que de ser aprobados mañana, adoptados por la Asamblea General de ONU y por los distintos países en su accionar, los principios van a poder efectivamente encapsular, limitar el accionar de los fondos buitre”, lanzó el diplomático.

El texto en discusión al interior del Comité Ad Hoc sobre Procesos de Reestructuraciones de Deuda Soberana plantea algunos elementos fundamentales, como el derecho que tienen los Estados a reestructurar sus pasivos, la inmunidad soberana y el respeto por las mayorías calificadas en los procesos de reestructuración.

Este último punto implica extender el beneficio que tienen las empresas privadas al momento de declarar una quiebra donde, si su plan de pago logra el visto bueno de aproximadamente el 66 por ciento de los acreedores, la propuesta es extensible a la totalidad sin posibilidad de acciones legales. En el caso argentino, la adhesión al canje fue del 92.4 por ciento y solamente no participaron de esa operación realizada en dos tramos en 2005 y 2010 el 7,6 por ciento. Sobre ese reducido universo los buitres encabezados por los fondos NML Capital, Dart y Aurelius, que impulsan las demandas en las cortes norteamericanas, representan una porción todavía más limitada. A esos elementos se suman también el tratamiento equitativo, así como la buena fe, transparencia, imparcialidad, legitimidad y sustentabilidad de las reestructuraciones.