Dom 11.10.2015

ECONOMíA  › DISCUSIONES SOBRE LA SITUACION DE ARGENTINA EN LA ASAMBLEA DEL FMI Y EL BANCO MUNDIAL

Malos pronósticos, peores intenciones

Los argumentos del FMI sobre la “vulnerabilidad” de la situación externa argentina son directamente proporcionales a la necesidad de imponer el ajuste y la devaluación. Cómo fue la discusión sobre estos temas en Lima.

› Por Raúl Dellatorre

Esta última semana se realizó en Lima, Perú, la asamblea anual conjunta del FMI y el Banco Mundial. En estos eventos, la agenda se conforma de reuniones formales de dichos organismos y otros que funcionan en paralelo –como el Grupo de los 20–, y por otros encuentros bilaterales o de pequeños grupos de funcionarios, donde muchas veces lo que allí se trata no sale plenamente a la luz pública. En esta oportunidad, en particular, ese intercambio fue muy intenso. Tanto por el momento político –a dos semanas de una elección presidencial–, como por la postura adoptada por Argentina en el contexto económico mundial –liderando el cuestionamiento al sistema financiero global y en especial a su permisividad respecto de los fondos buitre–, el país fue el centro en más de una discusión en la capital peruana. El papel de los bancos en la evasión de capitales, los pronósticos sistemáticamente pesimistas del Fondo sobre la economía argentina, las especulaciones sobre una devaluación y sobre la real posición de sus reservas internacionales, la relación comercial y financiera del país con China, fueron algunos de los tópicos –quizás los más trascendentes– que ocuparon buena parte de dichos encuentros. “Les cuesta mucho aceptar que Argentina tenga una posición tan diferente, pero terminan aceptando que es una postura consistente y que puede mostrar resultados”, sintetizó uno de los funcionarios consultados por Página/12 acerca de la intensa actividad desarrollada en Lima.

Para intentar un balance general de lo que le dejó esta asamblea a la Argentina, es válido hacer un recorrido por los principales temas tratados, tanto en reuniones formales como en las más reservadas.

Triangulación con paraísos fiscales. El documento de la OCDE que trató el G-20, acerca del intercambio de la información tributaria entre países, es para Argentina “un avance fundamental” en un tema en el que ya había dado pasos importantes en convenios bilaterales (el caso HSBC es un claro ejemplo de hasta donde se puede llegar). Pero la posibilidad de que haya un compromiso global al respecto (se aprobaría en la próxima reunión del G-20) implica la obligación de todos los países de facilitar esa información. El avance en un tema que enfrentaba una dura resistencia del sistema financiero se dio a partir de la crítica situación de Europa, donde países como Alemania, Francia e Italia, sufren la sangría tributaria por maniobras de evasión de grandes capitales utilizando paraísos fiscales. Para Argentina, el tema de la fuga y evasión de capitales ha pasado a ser una preocupación central, y la posibilidad de exigir a países como Estados Unidos la información en sus bancos sobre cuentas de argentinos, es un salto importante en la capacidad de control. “Al menos, empieza a hacer más difícil la fuga.”

Devaluación y pronósticos del FMI. Las proyecciones económicas del FMI presentadas esta semana corrigieron a favor las que había dado para Argentina seis meses atrás. En abril, habían pronosticado una leve caída del PBI para este año, y ahora admiten una suba del 0,6 por ciento. Lo curioso es que, al mismo tiempo, corrigieron fuertemente a la baja sus perspectivas para 2016, en el que antes preveían un pequeño repunte, ahora señalan una contracción de más del uno por ciento. Miembros de la delegación argentina mantuvieron una agitada reunión con el responsable del Fondo en estas proyecciones, Alejandro Werner. Si todos los indicadores muestran una paulatina recuperación este año, por qué habría que esperar un quiebre de la tendencia en el próximo, lo interrogaron. La respuesta fue que la presunción de los pronosticadores era que el nuevo gobierno que asuma en diciembre, deberá hacer ajustes en la política fiscal y en el tipo de cambio, lo cual resentiría en un primer momento el nivel de actividad económica. La explicación desató una discusión muy tensa, de la cual sólo reproduciremos aquí los argumentos principales del lado argentino. 1) La política fiscal fue expansiva en estos años, justamente porque es anticíclica y el gobierno no cree en las recetas de “consolidación fiscal” que sólo están demostrando que provocan desempleo y recesión, pero no una salida a la crisis. 2) Insistir en la devaluación como “solución” es no entender que eso no le aporta mayor “competitividad” a la Argentina, y menos en circunstancias de casi pleno empleo como la actual. “Cualquier nivel de devaluación se iría a precios, a recomponer tasas de ganancias de los empresarios, pero no a una mejora productiva.” 3) Si la perspectiva es una continuidad del oficialismo en el gobierno, tal como los propios funcionarios del FMI admiten, por qué esperar semejante cambio de criterio. 4) “La perspectiva del Fondo respecto de este gobierno fue permanentemente negativa, y siempre se equivocó.” La presencia de Martín Redrado en las inmediaciones del lugar del evento, así como otros con similar concepción, parece seguir encontrando oídos prestos a escucharlos entre los funcionarios fondomonetaristas.

Reservas internacionales netas “agotadas”. Otro argumento habitual en el Fondo, reiterado por quienes intentan mostrar una situación de “grave vulnerabilidad” de la economía argentina, es que las reservas internacionales “reales” están “mucho más cerca de cero que de los 27 mil millones de dólares que informa el Banco Central”. Un argumento que aporta, además, a quienes pronostican la inexorabilidad de la devaluación. Los funcionarios argentinos expusieron algunas cuestiones técnicas que distorsionan la valuación. Quienes hablan de “reservas netas” descuentan el monto originado en los swaps de China, “porque vencen antes de un año” y por lo tanto limitan su disponibilidad. El “olvido” es que son renovables automáticamente hasta el tercer año, opción que seguramente tomará Argentina. También descuentan o “netean” los pagos a bonistas que quedaron retenidos por las resoluciones de Griesa (bonos Discount y otros de largo plazo), porque están en cuentas del BCRA pero deberían pagarse cuando se liberen. “Si se liberan, Argentina también tendría liberada la posibilidad de acceder a financiación externa, con lo cual su reposición sería prácticamente inmediata”, responden los funcionarios locales. Por último, están los depósitos de particulares en cuentas en dólares en el sistema financiero, que son parte de las Reservas, pero por ser de libre disponibilidad del titular, se sostiene que no deben ser consideradas como disponibles para el BCRA. “La realidad es que el monto en cuenta en dólares no ha dejado de subir en todo este tiempo”, informaron los funcionarios en Lima a los severos evaluadores del Fondo. “Si evaluaran con igual severidad a los países centrales, no sospecharíamos tanto de las intenciones encubiertas”, fue una de las frases con las que terminó uno de estos sabrosos intercambios.

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