ECONOMíA
› DE MENDIGUREN, EX MINISTRO
Recuerdos del colapso y la devaluación
› Por Cledis Candelaresi
Quienes están convencidos de que Ignacio de Mendiguren, ex titular de la UIA y ex ministro de la Producción de Eduardo Duhalde, fue uno de los promotores de la devaluación y pesificación, podrían interpretar que ahora reniega de la paternidad de la criatura. Según explicó a Página/12, fue impuesta por las circunstancias, dañina para el salario y de éxito relativo. Tras su crítica partida de la función pública, volvió a la vida empresaria en los rubros textil, del calzado y agropecuario. Casualmente, sectores muy favorecidos por la depreciación de la moneda.
–¿Usted dijo que la devaluación fue la alternativa a un golpe de derecha?
–No exactamente. En el 2001 había mucha presión por dolarizar y privatizar la banca pública. Ese era el golpe de derecha, después del cual el país hubiera estallado igual. Nuestra propuesta fue aguantar. La devaluación no fue una elección. En realidad, no había otra salida posible. Nosotros asumimos con el país colapsado y después que se hubieran agotado todas las medidas ortodoxas. A Cavallo se le habían dado superpoderes y quiso garantizar el pago a los acreedores con el Déficit Cero.
–Ahora el Poder Ejecutivo también tiene superpoderes y prevé destinar íntegro el superávit fiscal al pago de la deuda.
–Es cierto. Pero con superpoderes Cavallo no pudo impedir que se fugaran 22 mil millones de dólares. ¿Qué alternativa teníamos después de eso? Si los industriales hubiéramos sido tan influyentes yo hoy sería el presidente de la NATO (Alianza militar del Atlántico Norte).
–Sin embargo, ya antes del colapso había muchos sectores industriales que pedían la devaluación porque el tipo de cambio les quitaba competitividad.
–Lo que nosotros pedíamos era modificar el tipo de cambio real sin modificar el nominal, ligándolo con la moneda brasileña. Pero Cavallo y otros querían la dolarización de la economía, por eso no aceptó el factor de empalme.
–Pero si Cavallo fue quien creó el factor de empalme...
–Pero ligando sólo el peso al euro. La industria quería una devaluación ordenada. Nosotros quisimos recuperar la moneda y flotar, tal como pedían el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
–¿Quiere decir que la devaluación se hizo tal como lo pedían el Fondo Monetario y el Banco Mundial?
–Obvio. Pero otros países que devaluaron, como Brasil o Chile, lo hicieron en otras circunstancias y no sufrieron tanto. No estaban en default, ni tenían su sistema financiero colapsado. ¿Quién es el responsable real de la licuación de salarios que generó la devaluación? Quien no salió a tiempo.
–¿Entonces está de acuerdo con que la devaluación destruyó el salario?
–Lo que destruyó el salario fue la maxidevaluación.
–¿Y la maxidevaluación no se produjo porque el ministro Jorge Remes Lenicov, por sugerencia del Fondo, admitió flotar en plena debacle?
–Yo tuve algunas diferencias con Remes, porque creo que no deberíamos haber flotado sin la plata del Fondo. Si hubieran entrado los 20 mil millones que prometía del FMI y el sector industrial hubiera generado otros 12 mil millones de superávit comercial, como conseguí luego yo con mi gestión, hubiera sido diferente. La devaluación en sí misma no es ni buena ni mala. Cuando el euro se devaluó un 35 por ciento nadie dijo que (Tony) Blair era homosexual (sic). Y cuando, después, el dólar se depreció en esa medida a nadie se le ocurrió que (Alan) Greenspan era un inoperante. Acá se demonizó la palabra devaluación.
–¿Cuál cree que es ahora el tipo de cambio adecuado?
–El problema ahora es que los costos se acomodaron a un dólar de 3,60 y después no bajaron. Por eso la gente no se benefició.
–Hay empresarios como usted, del sector textil y calzados, que quieren ahora un dólar más caro porque, nuevamente, dicen que no pueden competir con Brasil.
–Ese tema es discutible. Yo creo que hay que recomponer el salario como prioridad. No creemos en la teoría del derrame: hay que crear riqueza y repartirla. No se puede tener una empresa en un país que explota.
–¿Coincide con Lavagna en que la devaluación fue exitosa?
–Decir que fue “exitosa” es un insulto para la gente que la sufrió. Pero desde el punto de vista que la inflación fue del 40 por ciento contra una depreciación de la moneda del 200 (sic), sí.
–¿Eso no es así porque hay tarifas congeladas y salarios muy deprimidos, que no pueden convalidar una suba mayor de precios?
–En parte, sí. Lo que yo le digo es que una devaluación de esta magnitud no puede ser un éxito en ningún país del mundo.