ECONOMíA › EL GOBIERNO ANUNCIó UN ADICIONAL DE 400 PESOS PARA LA ASIGNACIóN POR HIJO Y JUBILADOS QUE COBRAN LA MíNIMA
El beneficio se liquidará la próxima semana y será por única vez. La medida tendrá un costo fiscal de 3300 millones de pesos, muy lejos de los 55.000 millones que recibirá el agro y los 9000 millones la industria por la quita de retenciones. No habrá bono a estatales.
El Gobierno anunció ayer un adicional de fin de año de 400 pesos por única vez para los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH), la Asignación por Embarazo y para los jubilados que cobran el haber mínimo. La medida busca amortiguar en las fiestas el deterioro del poder adquisitivo generado por la suba de precios que se produjo en los últimos dos meses, especialmente en alimentos. El pago extra se realizará los primeros días de la próxima semana, antes de fin de año. En cambio, fue descartada la posibilidad de que el Estado decrete un bono para los trabajadores públicos y privados, como piden las cuatro centrales gremiales. Además, el presidente Mauricio Macri advirtió que podría abrir importaciones para frenar subas de precios (ver página 13).
Macri realizó ayer por la tarde el anuncio en conferencia de prensa en Casa Rosada, ladeado por la vicepresidenta, Gabriela Michetti, y la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. Fue apenas después de que el mandatario aterrizara en Buenos Aires luego de participar de la cumbre del Mercosur en Asunción, en donde tuvo un fuerte cruce con la delegación venezolana (ver página 7). Fue el primer anuncio de apoyo a los sectores más vulnerables luego de que la semana pasada recibieran lo suyo el sector agropecuario, los industriales, los exportadores y ahorristas con una posición en dólares. Sin embargo, las magnitudes en juego son bien diferentes. El impacto fiscal anualizado de la quita y rebaja de retenciones al agro se estima en unos 55.000 millones de pesos, de acuerdo con la Fundación Mediterránea, mientras que la eliminación de retenciones para las ventas al exterior de bienes industriales supone una merma fiscal de 9 mil millones de pesos. El costo fiscal de la medida de ayer asciende a 3300 millones de pesos, según indicó el Presidente. Es un paliativo para las fiestas.
Se trata de un bono por única vez dirigido a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo, la Asignación por Embarazo y los jubilados que cobran la mínima. “Hemos tenido deslizamientos en algunos precios en la canasta básica y en línea con cuidar a los argentinos, para que la transición sea lo más ordenada posible, tomamos la decisión de dar un aporte de 400 pesos. El Ministerio de Desarrollo Social está trabajando con la Anses para implementarlo. Lo van a tener antes del fin de semana largo para ayudarlos con la canasta navideña”, dijo Macri, quien después aclaró frente a una pregunta que el bono se cobrará la semana que viene.
Después de la última suba del 30 por ciento definida a mediados de año por el gobierno anterior, la AUH asciende a 837 pesos mensuales y su actualización quedó establecida por ley según el mismo cálculo del índice de movilidad que se utiliza para las jubilaciones, de acuerdo a la Ley de Movilidad Jubilatoria (24.417). Son en total 3,6 millones de hijos de trabajadores no registrados o desocupados que reciben la asignación, junto a unas 70 mil embarazadas. En tanto, hay cerca de 3,3 millones de jubilados que cobran el haber mínimo, ubicado en 4299 pesos. “Estamos haciendo un esfuerzo para implementar el pago extraordinario antes de fin de año”, señaló el titular de la Anses, Emilio Basavilbaso. Se esperaba que ayer se anunciara la extensión de la AUH a monotributistas, pero finalmente no ocurrió.
En cambio, Macri aclaró que no habrá bono de fin de año como el que reclaman los gremios. “El Gobierno no está en condiciones de pagar un bono navideño. Dependerá del sector privado, de cada empresa”, dijo el mandatario. Fue en respuesta al reclamo de las cuatro centrales sindicales, que pidieron un bono de al menos 4 mil pesos.
El escenario de fondo de las quejas gremiales y la limitada respuesta oficial es la aceleración de la inflación desde la última semana de octubre, con los preanuncios de eliminación de retenciones, de cupos de exportación y fuerte devaluación del peso junto a la merma de controles oficiales, que dieron pie a un proceso especulativo que el actual gobierno luego convalidó con los respectivos anuncios. Economistas de todos los colores coinciden en que la inflación en noviembre fue la más alta del año, alrededor de 2,6 por ciento, y que durante las primeras semanas de diciembre fue todavía mayor. En particular, las subas se concentraron en los alimentos, que dominan la canasta de consumo de los sectores vulnerables. La carne, por ejemplo, subió en dos meses entre un 30 y hasta un 40 por ciento; los fideos Matarazzo, un 20 por ciento; la harina La Favorita, un 25 por ciento, y la sal Dos Anclas, 15 por ciento.
El crecimiento de los precios tiene estrecha vinculación con la devaluación anunciada explícitamente hace tiempo y concretada la semana pasada. Esa brusca suba del tipo de cambio junto a medidas de apoyo a las reservas del Banco Central permitieron la apertura de las restricciones cambiarias, el mal llamado “cepo”. Macri calificó que “la salida del cepo se ha hecho bien, nos liberamos de esto que no nos permitía crecer”.
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