Mar 09.02.2016

ECONOMíA  › UN MINUCIOSO DOCUMENTO DEL FONDO MONETARIO AVALó LA MEDICIóN DEL PIB QUE VENíA HACIENDO EL INDEC

El FMI resta excusas al apagón estadístico

Un equipo técnico del organismo elaboró un detallado informe sobre la forma en que el Indec registraba las variaciones del PIB durante el gobierno anterior. Lo consideró dentro de los estándares internacionales, aunque recomendó cambios que se venían aplicando.

› Por Javier Lewkowicz

El apagón estadístico que decretó el Gobierno choca de lleno con las consideraciones que realizó meses atrás el FMI respecto a la mayoría de los datos oficiales que emitía el Indec. Página/12 tuvo acceso a un documento confidencial dirigido a las autoridades nacionales en donde el Fondo evaluó minuciosamente varios indicadores oficiales, incluido el índice de precios, el PIB, el estimador industrial, el de la construcción, los servicios públicos y el sistema financiero. Los técnicos del FMI destacan el trabajo de mejora en el indicador del PIB, a pesar de advertir falencias, algunas de las cuales fueron abordadas por el Indec a lo largo del año pasado. Comparan además cada indicador de nivel de actividad sectorial con las estimaciones privadas. Esto demuestra que la “emergencia estadística” es una sobreactuación de las nuevas autoridades del instituto de estadísticas. En el caso del IPC, el Fondo cuestiona que la forma de medir los alquileres, los servicios públicos y la selección de muestras impacta en la brecha permanente con respecto a las mediciones privadas de precios y critica otras cuestiones metodológicas (ver aparte).

“Con la publicación del nuevo PIB en mayo y diciembre de 2014 el Indec finalizó un proyecto de seis años dirigido a mejorar la calidad de las cuentas nacionales argentinas”, comienza el documento del FMI emitido el 2 de abril de 2015. Lleva la firma de Roberto Cardarelli, jefe de la división para Norte América del departamento del Hemisferio Occidental del organismo, y está dirigida a Sergio Chodos, entonces representante del país ante el FMI, y a Bernardo Lischinsky, del staff permanente en el organismo internacional. El Fondo enumera que la mejora en el cálculo del PBI se explica por la inclusión de datos más actualizados como fuente para las cuentas nacionales, el cambio de base (de 1993 a 2004), cambios en conceptos, definiciones y clasificaciones y mejoras en los métodos estadísticos. “Como resultado, la metodología del PIB ha mejorado y convergido a los estándares internacionales”, resume el FMI.

El pedido del FMI

La afirmación anterior, sin embargo, está acompañada de una serie de recomendaciones que el Indec aplicó pero no llegó a publicar durante el gobierno anterior. La más importante es la medición del sector financiero. Con los cambios propuestos por el Fondo, el PIB hubiera crecido entre 0,1 y 0,3 punto porcentual menos desde 2004, salvo por el año 2009, que quedaría sin cambios. El Indec medía el nivel de actividad en el sector financiero deflactando los depósitos y préstamos a través de un promedio del índice de precios al consumidor y el índice de precios mayorista. A través de esa estimación, el peso del sector financiero en la economía se incrementó considerablemente en los últimos años, de un 3,1 por ciento en 2010 al 5,3 por ciento del PIB en 2014. En la Argentina la actividad de los bancos también superó por lejos el promedio de avance que mostró ese sector en Brasil, Chile y Bolivia, según estudió el Fondo. Además, las finanzas crecieron a contramano del resto de la economía en 2014.

A partir de las causas recién descriptas, el FMI consideró que el Indec debía modificar el método de medición del sector financiero. Pidió que el deflactor formado de un mix de precios minoristas y mayoristas fuera reemplazado por otro de índole más general, como el deflactor del PIB o el deflactor de la demanda, conceptos técnicos que se pueden resumir de la siguiente manera: que no interfiera el cuestionado IPC en el cálculo de la actividad financiera. Pero no se trataba de ir a calcular un nuevo índice de precios sino de despejar variables a través de métodos matemáticos para utilizar deflactores teóricos.

Los números corregidos

El Indec no tardó mucho en aceptar el cambio de metodología de medición de la actividad bancaria, que estuvo listo para fines del año pasado pero no llegó a publicarse. Este diario tuvo acceso a los valores del PIB que surgen de esa nueva metodología, calculados por el propio FMI. Si bien se produce una reducción del crecimiento de cada año, no son cambios significativos. En 2005 el PBI hubiera crecido 0,1 por ciento menos, al igual que en 2006 y en 2010. En 2007 el crecimiento bajaba 0,2 punto porcentual, al igual que en 2008, 2011 y 2012. El mayor ajuste se daba en 2013, con una baja del 0,3 por ciento, mientras que en 2009 el PIB no sufría cambios.

Con esto, el crecimiento de la economía argentina habría pasado de 9,2 a 9,1 por ciento en 2005, de 8,4 a 8,3 en 2006, de 8 a 7,8 en 2007, de 3,1 a 2,9 en 2008, se mantenía en 0,1 en 2009, de 9,5 a 9,4 en 2010, de 8,4 a 8,2 en 2011, de 0,8 a 0,6 en 2012 y de 2,9 a 2,6 por ciento en 2013. La baja acumulada del PIB entre 2004-2013 era de 1,4 por ciento. Los números sobre los que pesa esta corrección ya incluyen una revisión a la baja producto del cambio de base para la medición del PIB, del año 1993 a 2004, que el Fondo avaló. Ese cambio de base hizo que el crecimiento acumulado entre 2006 y 2012 fuera 8,5 puntos porcentuales por debajo del calculado con la base 1993. El nuevo PIB con la base 2004 fue publicado en mayo de 2014.

Otros cuestionamientos menores

El Fondo señaló otros problemas en la medición del PIB pero sin efecto notable en el cálculo agregado. Advirtió que en el sector de restaurantes, hoteles y otros comercios como peluquerías el Indec no realiza una encuesta. En cambio, utiliza los datos de consumo que ofrece la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares y luego le aplica un indicador de elasticidad precio e ingreso. Esto quiere decir que calcula a nivel teórico qué pasa con la demanda de los restaurantes, los hoteles y peluquerías ante cambios en los precios y en el nivel de ingresos. El resultado es un indicador de demanda no lo suficientemente sólido, dice el FMI, y advierte que entre 2009 y 2012 el sector creció a una tasa superior al promedio de la economía. Propone cruzar los datos calculados con observaciones directas, en decir, con encuestas en los establecimientos.

También el Fondo advirtió que en 2009 el sector automotor registró una caída del 15 por ciento en la producción, según datos de Adefa, que nuclea a las automotrices. Sin embargo, el Indec registró para ese año un ligero aumento de las compras de vehículos en el mercado local. Desde el instituto de estadísticas respondieron que ese año las exportaciones bajaron un 20 por ciento, que tuvo fuerte impacto en la producción, y que hubo cierto reemplazo en el mercado local de autos importados por el sobrante de vehículos no exportados a Brasil. Como Argentina exporta autos medianos e importa vehículos chicos, en términos de valor se habría producido ese fenómeno de ligera suba al compás de la fuerte caída en la producción.

Comparación con mediciones privadas

“La comparación con otros indicadores de actividad no muestra un desvío sistemático en el crecimiento del PIB. La evidencia muestra que los datos del PBI muestran desvíos hacia arriba y hacia abajo con respecto a la información provista por cámaras de comercio y empresas”, dice el Fondo. El organismo comparó la información provista por el EMI (indicador de actividad industrial del Indec) con las estimaciones de FIEL y de Orlando Ferreres. El Indec registró una suba de la actividad industrial para el período 20102012 más alta que los privados, pero los tres coincidieron a la hora de medir la desaceleración industrial desde ese momento.

Además, el FMI señaló que “la información del Indec del sector metalúrgico, cemento y acero es coherente con los indicadores de cantidad de las correspondientes cámaras sectoriales”. También indicó que “el sector automotor creció en 2010-2011 mucho más rápido en las cuentas nacionales que el número de vehículos producidos, pero esa diferencia es mucho más pequeña en 2012-2013”. “El crecimiento en el sector de electricidad, gas y agua sigue de cerca la generación de electricidad para el mercado doméstico”, consideró el FMI, mientras que avaló que “el patrón de crecimiento del sector de la construcción muestra una buena relación histórica con el índice que publica Contruya, una consultora del sector de la construcción”. El indicador oficial de la construcción estuvo por debajo del índice privado entre 2012 y 2014. En tanto, el Fondo dice que “la actividad comercial minorista sigue muy de cerca el volumen de los bienes que se comercian para uso doméstico”.

Por otro lado, en su informe de abril de 2015, el FMI detalla y da el visto bueno a las formas de medición oficial que se desprenden del cambio de base de 1993 a 2004. En este punto, analiza las estadísticas en términos estrictamente metodológicos (sin considerar los resultados comparados con consultoras). En el sector de agricultura, ganadería y pesca dice que “la información utilizada es muy detallada y excede el nivel de detalle de muchos otros países”. Detalla las modificaciones aplicadas en el sector de minería y petróleo y también en cada uno de los subsectores manufactureros. En el sector de la construcción advierte que la medición a través del consumo de materiales y por el número de empleados “no es el mejor cálculo pero es un método aceptado”. En el sector de comercio minorista propone actualizar periódicamente la medición desde el lado del gasto de las familias con la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares, que tuvo lugar en 2012/13 y cuya próxima edición se prevé para 2017/18. Por último, el FMI destaca que las fuentes estadísticas para el cálculo del consumo público, la inversión en construcción, en maquinarias y equipos, las exportaciones e importaciones y el balance comercial de servicios “están en línea con las prácticas internacionales”.

En resumen, el FMI advierte varios problemas de la medición del nivel de actividad agregada y sectorial, pero también destaca avances y de ningún modo invalida todos los cálculos del Indec. En este contexto, el gobierno de Mauricio Macri lleva adelante un apagón estadístico total, que impedirá durante varios meses tener la mínima referencia sobre lo que sucede en la economía nacional, en un contexto de fuerte aceleración de la inflación, deterioro del salario real y, previsiblemente, caída de la demanda agregada y del nivel de actividad.

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