ECONOMíA
Kirchner quiere salir del infierno mientras los empresarios piden palos
En el aniversario de la Cámara Argentina de Comercio, el Presidente afirmó que la Argentina está en el infierno, que después viene el purgatorio y que espera que los próximos gobiernos “puedan darnos el cielo”. Antes, Carlos de la Vega reclamó represión a piqueteros.
› Por David Cufré
La referencia a los piqueteros se convirtió en una constante de los últimos encuentros empresarios. También se repitió la fórmula de no designar a esas agrupaciones por su nombre, sino aludiendo a ellas con eufemismos, que conllevan toda una carga valorativa. El presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Carlos de la Vega, habló ayer, en el 79º aniversario de la entidad, sobre “el desorden urbano, con cortes de calles y accesos”. “Este activismo cercena derechos ciudadanos, entorpece las actividades económicas, perjudica la actividad comercial y el clima de paz que necesitamos para reconstruir la Nación”, opinó. Néstor Kirchner, que asistió al acto, lo escuchó y en su discurso no hizo ninguna mención al tema.
La semana pasada, el presidente de la Unión Industrial Argentina, Alberto Alvarez Gaiani –ayer presente en la celebración de la CAC–, hizo un encendido reclamo de represión. De la Vega, en cambio, fue más moderado. “El desorden urbano –recomendó– debe ser canalizado gradualmente para desactivar un clima de hostilidad de consecuencias imprevisibles.” Lo escuchaban unos doscientos empresarios en un salón repleto de la Cámara de Comercio. También fue notoria la presencia de funcionarios, contrastante con la postura inicial del Gobierno de esquivar los contactos públicos con hombres de negocios.
Además de Kirchner, estuvieron Daniel Scioli (saludado con notoria frialdad por el Presidente), Alberto Fernández, Gines González García, Alberto Abad, Alberto Dumont y Federico Poli, mientras que por el Gobierno de la Ciudad asistieron Aníbal Ibarra y Eduardo Hecker. Tampoco faltó el sindicalista de los mercantiles, Armando Cavalieri, quien compartió el salón VIP con Eduardo Eurnekian, Julio Werthein (presidente de la Bolsa de Comercio) y Mario Vicens (presidente de la Asociación de Bancos), entre otros. La presencia de varios titulares de cámaras confirma el acercamiento de esas entidades, que están pensando en rearmar el Grupo de los Ocho, como funcionó en la década pasada.
De la Vega indicó que “la unidad de las grandes entidades empresarias es positiva, porque cuando los distintos sectores trabajan para coincidir en propuestas comunes, los intereses sectoriales son descartados”. En los ‘90, los intereses coincidieron en el reparto de los negocios que abría el Estado, en un modelo que tendió a concentrar la economía. Por lo que se viene apreciando en esta oportunidad, un tema común de los empresarios es el de los piqueteros. También hay coincidencia en los planteos de política laboral, como el rechazo a la prórroga de la doble indemnización, a los aumentos salariales por decreto y en el pedido de mayor flexibilidad.
Kirchner leyó un largo discurso y luego agregó una serie de definiciones contundentes. Dijo, por ejemplo, que “la Argentina está en el infierno, después viene el purgatorio y esperemos que los próximos gobiernos puedan darnos el cielo que merecemos los argentinos”. También sostuvo que “el poder económico no nos va a doblegar” y que “vamos a renegociar (la deuda) pensando primero en la sustentabilidad interna”.
El Presidente volvió a criticar con dureza la política económica menemista, sabiendo que la Cámara de Comercio fue una de las entidades que más la defendió. La asociación, por otra parte, nuclea a las privatizadas y a otras grandes compañías. De la Vega, en esta nueva etapa, pidió a los empresarios que “hagamos una autocrítica para aprender de nuestros errores”, y reconoció que “señalamos con rapidez las deficiencias de los demás sectores, pero poco hemos avanzado en el análisis de los nuestros”.