“Hay mucho malhumor entre los bonistas reestructurados”, advirtió el abogado Tullio Zembo, representante de los bonistas italianos que adhirieron en 2005 al canje de la deuda externa. “La bronca es porque puede suceder que los que litigan en Nueva York –en relación a los fondos buitre– vayan a recibir el cineto por ciento y los que entraron al canje se tengan que conformar con el 35 por ciento”, agregó. Sin embargo, indicó que los bonistas reestructurados esperarán a ver “cómo evoluciona el acuerdo” con los fondos buitre antes de avanzar en una presentación judicial para reclamar para sí el mismo tratamiento que recibirán los buitres si el Gobierno logra que el Congreso derogue las leyes Cerrojo y de Pago Soberano y vaya al juzgado a desembolsar el dinero.

Uno de los riesgos más importantes que conlleva la operación de pago a los fondos buitre que intenta realizar el Gobierno es que algún juez interprete que el tratamiento a los holdouts es discriminatorio hacia los bonistas reestructurados. Si bien ya no está más vigente la cláusula RUFO que impedía realizar ofertas que superen lo aceptado en los canjes, los números marcan que el 93 por ciento de los bonistas aceptaron una quita de alrededor del 65 por ciento en sus títulos porque la Argentina les aseguró en ese momento que luego no habría posibilidades de obtener más dinero. Sin embargo, el pago del 100 por ciento de la deuda a los fondos buitre puede poner en discusión judicial la situación, sobre todo teniendo en cuenta el antecedente de la sentencia del juez Thomas Griesa. Tullio Zembo es representante de los bonistas italianos que entraron a los canjes y se refirió al posible acuerdo con los fondos buitre.

“Desde el 26 de junio de 2014, cuando se confirmó en tercer grado la sentencia brutal de Griesa que impedía a los acreedores reestructurados cobrar, en Italia ningún bonista cobra. Por lo tanto hay mucho malhumor entre los bonistas, sobre todo cuando se conoce que existe un preacuerdo entre el gobierno nacional y los fondos buitre”, dijo Zembo, en relación a la posibilidad de que los buitres reciben una suma mayor a la de quienes aceptaron los canjes y posiblemente en efectivo, no en bonos. “La bronca es porque puede suceder que los que litigan en Nueva York vayan a recibir el ciento por ciento y los que entraron al canje se tengan que conformar con el 35”, resumió.