El ministro de Economía, Roberto Lavagna, admitió que la renegociación de la deuda con acreedores privados “va a ser dura”, pero sostuvo que “la sociedad argentina no debe permitir que la asusten, ni le digan que se va a caer el mundo” si no paga. Inmediatamente, aconsejó a la sociedad que “debe tener fortaleza de espíritu para soportar todas las presionar, que las va a haber”.
El titular del Palacio de Hacienda afirmó que “la Argentina mantendrá firme” su oferta de quita del 75 por ciento sobre los títulos en default. Admitió las dificultades para arribar a un acuerdo y justificó, de alguna forma, el disgusto con el que los tenedores de títulos recibieron la propuesta. “Ningún país del mundo empapeló los mercados internacionales como lo hizo Argentina, que colocó 152 bonos distintos”, subrayó. Pero pidió a los acreedores “excluir toda prepotencia” de las negociaciones.
“La Argentina va a actuar con responsabilidad, lo que significa que vamos a mantener la caja interna con superávit y vamos a hacer una negociación seria con el exterior. Las obligaciones están y con realismo hay que tratar de negociarlas”, expresó. De esa forma, respondió a las presiones que desde los organismos internacionales y desde diversas asociaciones de acreedores se viene realizando sobre el país procurando que destine un porcentaje mayor de su presupuesto al pago de la deuda.
“Vamos a seguir con una negociación realista, que va a llevar su tiempo. Por eso, la sociedad argentina no se tiene que asustar por esta situación. Hay que resistir las presiones de diverso tipo que van a venir”, dijo el ministro. “Nos dicen que arreglemos o se cae el mundo, y el mundo no se cae”, graficó Lavagna, todavía dispuesto a resistir la ofensiva.