ECONOMíA › UNA AMPLIA MAYORIA DE GOBERNADORES, ALIADOS DE CAMBIEMOS Y OPOSITORES, PIDIO APROBAR EL ACUERDO CON LOS HOLDOUTS
Diecisiete gobernadores, sobre diecinueve, se manifestaron en el Senado a favor de derogar las leyes Cerrojo y de Pago Soberano para ratificar el acuerdo del Gobierno con los fondos buitre. El argumento repetido fue que necesitan acceder a los mercados.
› Por Cristian Carrillo
Tras la exposición del equipo económico de Mauricio Macri ante la Comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado en defensa del proyecto de ley para el pago a los fondos buitre, ayer fue el turno de casi una veintena de gobernadores que acudieron para dar sus puntos de vista respecto al acuerdo. Casi todos los funcionarios provinciales, con excepción de dos gobernadores (ver aparte), se manifestaron a favor de avanzar en la propuesta que implica una emisión de deuda por 12.500 millones de dólares para pagarles a los fondos carroñeros y a los holdouts y la derogación de la leyes Cerrojo y de Pago Soberano. Los argumentos para apoyar la iniciativa fueron calcados de la promesa oficial de que esto abrirá las puertas para que las provincias que tengan dificultades financieras puedan conseguir financiamiento en los mercados internacionales o puedan hacerlo para obras de infraestructura. No obstante, hubo cruces respecto a la posibilidad de que la deuda sea para cubrir gastos corrientes. El apoyo de las provincias será clave al momento de la votación en el Senado y fue eso precisamente lo que buscó mostrar el oficialismo al convocarlos para que expliquen la situación de sus respectivas provincias.
La agenda parlamentaria continúa a toda marcha. El miércoles por la mañana, tras más de 20 horas de debate parlamentario, la Cámara baja dio media sanción al proyecto de ley denominado de Normalización de la Deuda Pública, y pocas horas después el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, exponía frente a una comisión del Senado. La presentación de Prat-Gay, junto al secretario de Finanzas, Luis Caputo, tuvo lugar incluso cuando todavía no se había elevado al Senado el dictamen de Diputados. La defensa del proyecto por parte del equipo económico se basó en las chances que ofrecerá el acuerdo para dar por terminado el litigio con los fondos más duros y volver a emitir deuda. Por un lado, el ministro consideró que el país requiere endeudarse para reducir el déficit y evitar un mayor ajuste de la economía, mientras a las provincias volvió a aguijonearlas con la falta de fondos. Dijo que se otorgaron adelantos de coparticipación pero que igual necesitan financiamiento y el acuerdo con los buitres podría hacer que ese costo se pueda reducir.
La mayoría de los gobernadores se subió al tren del endeudamiento y, aun con algunas opiniones contrarias sobre el costo del acuerdo, manifestaron su apoyo al proyecto. En una jornada que se extendió por casi ocho horas acompañaron la propuesta Alfredo Cornejo (Mendoza), Hugo Passalacqua (Misiones), Rosana Bertone (Tierra del Fuego), Domingo Peppo (Chaco), Omar Gutiérrez (Neuquén), Sergio Casas (La Rioja), Alberto Weretilneck (Río Negro), Sergio Uñac (San Juan), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Lucía Corpacci (Catamarca), Gerardo Morales (Jujuy), Miguel Lifschitz (Santa Fe), Mario Das Neves (Chubut), Juan Schiaretti (Córdoba), Juan Manuel Urtubey (Salta), María Eugenia Vidal (Buenos Aires) y Horacio Rodríguez Larreta (Ciudad de Buenos Aires). Los únicos en contra fueron Pablo González, vicegobernador de Santa Cruz, y Alberto Rodríguez Saá, de San Luis. Se ausentaron Juan Manzur (Tucumán), Claudia Ledesma Abdala (Santiago del Estero), Gildo Insfrán (Formosa), Carlos Verna (La Pampa) y Ricardo Colombi (Corrientes).
El discurso más enfático a favor del acuerdo con los buitres fue del gobernador neuquino. Gutiérrez, del Movimiento Popular Neuquino, sostuvo que es el “cumplimiento de un compromiso asumido en campaña por Cambiemos”. Destacó el acuerdo, la unificación del tipo de cambio el levantamiento de las restricciones a la compra de dólares y la quita de retenciones como medidas positivas para normalizar la situación del país y “recuperar el camino del crecimiento” económico. “Para Neuquén significa el camino del desarrollo”, dijo el gobernador, quien defendió el proyecto para que el país pueda volver a tomar deuda. El encendido discurso de Gutiérrez generó el único cruce que hubo durante la sesión en comisión. “No escuché en la campaña que prometieran tomar deuda”, sostuvo la senadora santacruceña por el Frente para la Victoria María Esther Labado. La legisladora hizo especial hincapié en la iniciativa de tomar 12.500 millones de dólares a cinco, diez y treinta años para saldar en efectivo la demanda de los buitres y ofrecer un pago al resto de los holdouts sin sentencia firme. “Nunca nos ha ido bien a los argentinos con el endeudamiento; con el ahogamiento a las provincias para que se endeuden más”, afirmó.
Pese a que varios consideraron que el acuerdo no es bueno, la mayoría insistió en que es un paso necesario para cerrar el conflicto. También reconocieron que las debilidades del proyecto dejan abiertos varios frentes legales. En particular, no existen certezas respecto de las consecuencias por las inequidades entre lo que se ofrece a los fondos buitre más duros, a quienes se les reconoce 400 dólares por lámina de 100, y al resto de los holdouts, a quienes se ofrece 150 dólares sobre el mismo valor nominal. Tampoco hay seguridad sobre la posibilidad legal de que los bonistas que ingresaron al canje puedan ir a la Justicia para que sean compensados por la quita que aceptaron. Estas cuestiones técnicas casi no se esgrimieron en el debate con los gobernadores.
“El acuerdo es positivo en términos de cerrar un capítulo. Era un paso que había que dar”, sostuvo el socialista santafesino Lifschitz. Afirmó que “el proceso de desendeudamiento, que comenzó el ex presidente Néstor Kirchner, fue exitoso pero quedó inconcluso, al no cerrarse este último capítulo por las demandas de un sector de acreedores al que llamamos fondos buitre”. El gobernador consideró que el arreglo es positivo en términos de cerrar un capítulo. “Nos permite reingresar a los espacios de financiamiento a nivel internacional”, dijo Lifschitz, tras lo cual reconoció que su provincia planea una emisión de títulos por 500 millones de dólares para financiar obras de infraestructura. El salteño Urtubey consideró urgente la necesidad de volver a tomar deuda. “El ingreso de la Argentina al mercado de capitales es una necesidad imperiosa. Si en Argentina no tenemos un proceso de inversión importante del sector privado, es prácticamente imposible que crezcamos como tenemos que crecer”, sostuvo el mandatario salteño. “El peligro de litigios está siempre. El problema es si asiste el derecho o no”, agregó.
En la misma sintonía se expresó Schiaretti. El gobernador cordobés sostuvo que “el planteo que hizo el Gobierno es el mejor que se podía hacer para resolver esta deuda”. “Las posibilidades de desarrollo de nuestro país son muy grandes. Hay una gran voluntad de invertir por parte del mundo en nuestro país”.
El argumento del financiamiento para obras de infraestructura, pese a que PratGay reconoció la necesidad inmediata de reducir el déficit (es decir, para gasto corriente), prendió entre los gobernadores. “Necesitamos con urgencia reiniciar la obra pública”, justificó la misionera Passalacqua. Morales (Jujuy) también habló de la necesidad de “salir del default para financiar obras”. “Es imperioso resolver rápido el tema”, dijo el jujeño, quien también reconoció que “desde el punto de vista fiscal estamos bastante complicados”. “Necesito obras de infraestructura portuaria”, se sumó la fueguina Bertone. La gobernadora de Tierra del Fuego (FpV) le pidió a los senadores que avalen el acuerdo de Macri con los holdouts para que su provincia pueda tomar deuda para financiar inversiones, lo que fue también un gesto a los senadores kirhneristas. Un poco más cauta pero en la misma línea, la catamarqueña Corpacci sostuvo que apoyará el proyecto con la garantía de que solo será para obras públicas y porque será controlada por el Congreso.
La nota de color la dieron la gobernadora bonaerense y el jefe de Gobierno porteño. Vidal expuso que su provincia está “quebrada” y exhortó a apoyar el pago a los holdouts. “Necesitamos que se vuelva a invertir”, sostuvo la mandataria, quien se adelantó al desenlace del acuerdo y tomó deuda a una tasa de casi el 10 por ciento anual. “No va a haber posibilidad de crecimiento ni para las provincias ni para los municipios ni la Nación”, dijo ajustándose al discurso de Macri. En tanto, Rodríguez Larreta afirmó que tiene muchas expectativas en que este acuerdo permita darle curso al plan de obras de la Ciudad. “Estamos esperando que este acuerdo se cierre porque la ganancia en tasa de interés va a ser muy significativa”, agregó el jefe porteño.
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