ECONOMíA
› SEGUNDO ROUND DEL GOBIERNO CON EL FMI
Vivir con lo nuestro
Pese al arribo de una misión de Washington, el presidente Néstor Kirchner volvió a la carga contra el Fondo Monetario Internacional, que insiste en reclamar más ajuste fiscal para cerrar con los acreedores.
“Vamos a hacer una Argentina con lo nuestro”, prometió Néstor Kirchner, en una nueva respuesta a las presiones del Fondo Monetario. El Presidente reflotó la idea del famoso libro del economista Aldo Ferrer, Vivir con lo nuestro, para demostrarle al organismo que su gobierno está dispuesto a jugar fuerte en la difícil negociación por la reestructuración de la deuda. La pulseada comenzó la semana pasada, con la decisión de las autoridades del Fondo de postergar la aprobación de la primera revisión del acuerdo con la Argentina. La interpretación que hizo el Gobierno de ese gesto fue que Washington pretende condicionarlo para que mejore la oferta a los acreedores, tanto con una reducción en la quita propuesta como con un adelantamiento de los plazos para cerrar un arreglo. Legisladores y empresarios se sumaron a Kirchner para rechazar el reclamo de un aumento del superávit fiscal.
Una delegación del FMI viajó a Buenos Aires para discutir el tema personalmente, en lugar de hacerlo a la distancia a través de la prensa. John Thornton, responsable del caso argentino, encabeza la misión, a la que se sumó el representante permanente del organismo en el país, John Dodsworth. Ambos se reunieron con el secretario de Hacienda, Guillermo Nielsen, y hoy lo harán con el ministro Roberto Lavagna, tras lo cual regresarán a Estados Unidos.
Pese a las expectativas de que el arribo de la misión atenuaría el nivel de confrontación, Kirchner no abandonó el énfasis de sus declaraciones. La semana pasada dijo que no le doblarían la mano, y ayer pidió que “no nos corran más con el Fondo ni con los amigos del Fondo porque antes que el Fondo y los amigos del Fondo está el pecho, el corazón y la mente de los argentinos”. El Presidente aprovechó el acto de reapertura de una planta de la empresa Pirelli en Buenos Aires para emprenderla de nuevo contra el FMI. “Que se terminen los agoreros de siempre, que dicen que si no hacemos lo de ellos, nos caemos”, afirmó, para completar con la frase de que “vamos a hacer una Argentina con lo nuestro”.
El Gobierno reforzó su posición, gestionando apoyos de distintos ámbitos. Desde el Legislativo, el presidente de la bancada justicialista de Diputados, José María Díaz Bancalari, advirtió que “hemos observado una nueva escalada de parte de los representantes del FMI y de sectores locales identificados con su política económica neoliberal para modificar las relaciones entre la Argentina y el organismo, dejando de lado el acuerdo firmado y respetado por nuestro país”.
La última alusión tiene que ver con la versión de que el FMI presiona al Gobierno para que aumente el superávit fiscal del 2004, más allá del convenio suscripto, a fin de que haya una oferta mejor para los acreedores. Nielsen les dijo ayer a Thornton y a Dodsworth que no hay ninguna posibilidad de elevar el superávit.
Otro respaldo para el Gobierno provino del sector empresario. El presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) y titular de Arcor, Luis Pagani, manifestó que “es importante mantener el 3 por ciento” del PBI como superávit, tal como ya se pactó, porque aumentarlo podría ahogar la recuperación económica. El discurso es completamente opuesto al que la entidad repitió incansablemente hasta el estallido de la convertibilidad. AEA está integrada por las grandes empresas. Pagani respondió con su declaración al pedido que Lavagna les formuló a los empresarios hace dos meses para que se involucren en la discusión por la reestructuración de la deuda.
En Economía sostienen que no hay temas pendientes que justifiquen la demora en la aprobación de la revisión de las metas del acuerdo, que debía concretarse el 17 de diciembre y que se estiraría a enero. Thornton adujo que el Gobierno está atrasado en la selección de los bancos que asesorarán a la Argentina en la reestructuración de la deuda, a lo que Nielsen contestó que la tarea se terminaría esta misma semana. La visita se decidió en una conversación telefónica que mantuvieron el titular del FMI, Horst Köhler, y Lavagna el último viernes. En esa oportunidad también seterminó de resolver que el nuevo representante de la Argentina ante el organismo será Héctor Torres, un hombre del jefe de Economía que reemplazará al ortodoxo Guillermo Zocalli.