“El interés de los inversores en lo que será la primera emisión de deuda de Argentina en más de una década es asombroso”, celebró ayer el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, al referirse a la avidez de inversores extranjeros por adquirir los 15.000 millones de dólares en bonos a una tasa del 8 por ciento. Esos recursos se usarán para pagarle a los fondos buitres y cubrir gastos del Estado. En la Universidad de Georgetown, en Washington, el funcionario volvió a exhibir el mismo entusiasmo por el endeudamiento que mostró el miércoles cuando se conoció la decisión de la Cámara de Apelaciones de Nueva York que destrabó el pago a los inversores carroñeros. “Hubo una clara decisión del presidente Mauricio Macri de ser parte del mundo otra vez, porque estuvimos alejados muchos años. El tema de los holdouts era uno de esos temas para resolver y tuvimos un final feliz ayer, con la decisión de la cámara”, lanzó el responsable del Palacio de Hacienda en la capital estadounidense, donde participa de la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Durante su exposición ante estudiantes universitarios, el funcionario advirtió que hubiera preferido pagarle menos a los fondos buitre pero consideró que el acuerdo fue “extremadamente favorable” para el país. Los acreedores carroñeros más agresivos lograron una ganancia de más de 1600 por ciento respecto al valor al que compraron la deuda defaulteada. Por cada lámina de 100 dólares recibirán 400, a lo que se suma que la adquirieron a 25 dólares cuando los papeles eran basura. Los holdouts sin sentencia firme obtendrán 150 dólares por lámina de 100. “Este es mi mensaje hoy: la Argentina está de vuelta. Espero que lo puedan disfrutar”, lanzó el funcionario.

“El viernes pagaremos y ¡voila!”, prometió Prat-Gay al referirse a la transferencia de los fondos que deberán ser captados el lunes para pagarle a los buitres. La decisión de la segunda instancia judicial en Estados Unidos de validar el fin del bloqueo al mecanismo de pago y la capacidad de acceso al mercado financiero habilitó la colocación de hasta 15.000 millones de dólares. Dos tercios serán destinados a cumplir con el acuerdo con los fondos buitre (10.800 millones) y el resto se utilizará para gastos corrientes y presupuestarios (4200 millones).

“Tomamos el riesgo de hacer los road shows antes de la decisión de la Cámara, pensamos que era mejor hacerlo antes y así fue. Ahora estamos listos para apretar el gatillo”, lanzó Prat-Gay, que hoy mantendrá una de sus últimas reuniones con inversores extranjeros en Estados Unidos. “Fue un final feliz, es muy importante para nosotros que podamos dejar este asunto atrás lo más pronto posible”, agregó.

“La demanda por los bonos era ya muy alta en Nueva York, en Boston, Londres y Los Angeles, incluso antes de la decisión de la Cámara de Apelaciones”, expresó el ex banquero del JP Morgan. Hasta el momento la propuesta de pago fue aceptada por 8 de cada 10 acreedores carroñeros y los funcionarios esperan que antes del pago previsto para el próximo viernes se sumen nuevos tenedores. El mediador Daniel Pollack mostró el mismo entusiasmo: “No tengo dudas de que habrá más acuerdos con los holdouts”, dijo ayer.

“Estamos trabajando duro para que esta emisión de deuda sea la última del año. Será una tentativa única y no volveremos a salir al mercado en busca de dinero tan frecuentemente, como ha sido en el caso en experiencias anteriores”, expresó el ministro en un evento previo a las reuniones del FMI.

Por otra parte, el ministro reiteró la promesa oficial de que la inflación se desacelerará durante el segundo semestre del año. Su deseo es que los aumentos de precios se ubiquen en el orden del 17 por ciento en 2017, pero advirtió que es necesario “tener en cuenta todas las restricciones políticas y sociales” para lograrlo. “Ahora estamos haciendo lo correcto, pulsando los botones adecuados, pero no nos empujen a hacerlo todo en una sesión”, pidió a quienes le piden más ajuste. “Tardaremos en poner esa casa en orden”, remató.