Cubiertos con frazadas y portando velas en sus manos marcharon ayer por la ciudad de Buenos Aires sindicatos, organizaciones sociales y militantes del MST y el Movimiento Obrero. La movilización denominada “frazadazo” tuvo como objetivo cuestionar el incremento en las tarifas de gas, energía eléctrica, transporte y agua aplicado por el Gobierno de Mauricio Macri”. La situación empeora. El Gobierno procura alternativas para paliar el tarifazo, como los topes de aumento del 400 por ciento, mientras los salarios mejoran sólo en un 30 y en tres cuotas. No toleraremos que la variable de ajuste siempre sean los trabajadores, jubilados y quienes menos tienen”, lanzó ayer el titular de la CTA Autónoma, Pablo Micheli.

La movilización que comenzó en el Obelisco replicó las convocatorias realizadas en Mendoza y en las localidades bonaerenses de La Plata, Azul y Tandil a lo largo de las últimas semanas. Además del dirigente sindical también estuvieron presentes en la marcha el dirigente del gremio de trabajadores de la energía, José Rigane, el responsable legal de Consumidores Libres, Héctor Polino, y el titular de la Fundación Alameda, Gustavo Vera. En paralelo con las creativas protestas, la disputa por el freno al tarifazo energético continúa en la Justicia, que suma varios amparos por semana a favor y en contra de la medida del Gobierno nacional en diferentes regiones del país.

Anteayer un tribunal frenó el aumento tarifario en el servicio de gas para una usuaria de Temperley y los efectos del fallo se extenderían a los municipios de Lomas de Zamora, Avellaneda, Lanús, Esteban Echeverría, Almirante Brown y Ezeiza. En el caso del gas natural las nuevas tarifas para el consumo en todo el país comenzaron a regir en abril. El Gobierno dispuso entonces un aumento en los precios de boca de pozo del gas natural y la modificación de los marcos tarifarios de las distintas distribuidoras. El alza promedio para los usuarios no residenciales (comercios e industrias) es de 697 por ciento a nivel nacional pero en algunas regiones establecimientos como hoteles y restaurantes recibieron boletas con subas de hasta 20 veces. Por su parte, el incremento promedio en las facturas residenciales alcanza el 200,3 por ciento aunque las subas llegaron hasta el 1000 por ciento en algunos casos en el sur del país.