El Gobierno extendió de uno a cinco años el plazo para liquidar las divisas de las exportaciones del sector agrícola. De esta forma, el núcleo exportador por excelencia podrá ingresar las divisas apenas necesarias para operar y para el resto gozará de una libertad casi total. La modificación está en línea con la apertura de capitales que inició el levantamiento de las restricciones a la compra de dólares para ahorro y de los controles a los capitales golondrina. A corto plazo, la medida le permite al Gobierno frenar el ingreso de dólares para evitar que se continúe apreciando el tipo de cambio a causa del endeudamiento externo. Sin embargo, incrementa el grado de fragilidad para el momento en el cual se reduzca la liquidez proveniente de la deuda externa.

En 2012 el sector agroexportador tuvo que enfrentarse a la obligatoriedad de liquidar divisas a los 15 días para la mayor parte de los productos, según había decidido el Gobierno anterior. Luego esa exigencia se flexibilizó un poco según las necesidades de la operatoria con el exterior. El macrismo elevó el plazo a 180 días, luego a un año y ahora hasta cinco años de efectuado el embarque. Permitirá “mejorar la competitividad de las exportaciones, flexibilizar las condiciones de financiamiento, potenciar la inserción internacional y la previsibilidad financiera”, justificó la Secretaría de Comercio.

Alejando Vanoli, el ex presidente del Banco Central, explicó a este diario las consecuencias de la medida adoptada por Cambiemos. “El Gobierno está tomando una medida de carácter estructural a raíz de una necesidad coyuntural. Los dólares financieros por el aumento de la emisión de la deuda externa presionan hacia la apreciación del tipo de cambio y el Gobierno no quiere continuar emitiendo Lebacs ni aumentar la base monetaria. Es la comodidad de los dólares financieros, derivados de la especulación. Ahora busca desalentar el ingreso de dólares comerciales y para eso facilita los mecanismos que aumentan la volatilidad de la economía argentina. Esto ya lo vivimos, porque cuando se termina la fiesta de la deuda, el esquema vuela por los aires. Es decir, en el mediano plazo va a generar una mayor fragilidad en el mercado de cambios apenas por la necesidad actual de devaluar un poco más la moneda. Están perforando el mercado único y libre de cambios”, señaló. Las empresas en su momento pedían tener hasta 360 días para liquidar, así que los cinco años que ahora rigen ni siquiera representaban una necesidad para el sector, aunque sí una ventaja.