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Luego de pasar por San Pablo, la plana mayor de la firma española Telefónica arribó ayer a Buenos Aires y se reunió con Néstor Kirchner y Roberto Lavagna. El aumento de latitud tuvo la virtud de mitigar la ansiedad por demandar una suba de tarifas. Lo que en Brasil fue “esperanza” para que “luego de dos años y medio de congelamiento el gobierno argentino escuche nuestros reclamos” de ajuste tarifarios, en Argentina se convirtió en simple “tema accesorio”. César Alierta, el número uno de la compañía, fue incluso más allá. Tras reunirse con los funcionarios locales afirmó que “lo más importante es el crecimiento económico de la Argentina”. A juzgar por los voceros de la empresa y del Gobierno, el “tema pendiente” del ajuste en los precios de la telefonía fija quedó completamente ausente de las conversaciones. El objetivo oficial de la visita habría sido el anuncio de la adquisición por parte de la firma española de los activos latinoamericanos de Bellsouth, firma que en Argentina operaba la marca Movicom. Esto significará que Telefónica pasará a controlar cerca del 50 por ciento del mercado local de telefonía celular, porción que llega al 75 por ciento en el área metropolitana de Buenos Aires, situación que podría generar conflictos en la subsecretaría de Defensa de la Competencia.