ECONOMíA
La AFIP y Ford dilucidan ante el Tribunal Fiscal un caso de evasión
El ente recaudador considera que la firma hizo figurar precios inferiores a los reales en exportaciones destinadas a Ford Brasil.
› Por Julio Nudler
El Tribunal Fiscal de la Nación tiene actualmente en sus manos un reclamo de la AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) contra Ford Argentina por presunta evasión de impuestos en el que es considerado leading case en materia de precios de transferencia. La acción del ente recaudador se refiere a exportaciones de la mencionada automotriz a su par brasileña, en las que se contabilizaron, según el criterio del organismo local, precios inferiores a los reales. La diferencia alcanzaría, según fuentes consultadas por Página/12, los 140 millones de pesos. Como se trata de operaciones efectuadas entre diferentes filiales de un mismo conglomerado económico, los precios no pueden tomarse como referencia confiable, a diferencia de lo que ocurre con las transacciones entre empresas independientes, no vinculadas entre sí.
Expertos de Impositiva, y en particular de la Dirección de Operaciones Internacionales, discutieron durante meses con la firma y los dos estudios profesionales que asesoran a ésta en temas tributarios. Como no hubo acuerdo y Ford no rectificó su declaración original en el sentido exigido por la Administración, ésta le realizó una determinación de oficio. La cuestión fue llevada entonces por la empresa al Tribunal Fiscal, que deberá resolver.
En medios próximos a la DGI se señaló a este medio que, si bien el organismo va en este asunto “con los tapones de punta”, se cuida mucho de “cometer locuras, que terminan obligando al Estado a pagar luego fuertes costas”. Aclaran que la intención es más precautoria que sancionatoria, que no quieren perseguir a nadie y que ya han logrado que las compañías y sus consultores se diesen cuenta de que “la cosa esta vez va en serio”.
Voceros de la terminal sostienen que las exportaciones cuestionadas se efectuaron en 1998, cuando por el régimen de convertibilidad los precios en la Argentina eran más altos que en Brasil, por lo que resultaba inevitable vender allá a valores más bajos que los imperantes acá. Los representantes de la firma adujeron, además, que por el régimen de intercambio compensado exportar a precios superiores hubiese conducido a que Brasil exigiera mayores importaciones argentinas, lo que habría sido perjudicial para el país.
Estos y otros argumentos no bastaron para convencer a la AFIP, que oficializó su reclamo antes de que prescribiera el plazo para hacerlo, a fines de 2003. Pero, según afirman en Ford, el ente público habría admitido que no medió mala fe ni intención evasora en la empresa, por lo que redujo la gravedad de la figura utilizada y, por tanto, la magnitud eventual de la multa a aplicar.
Los precios de exportación fueron meses atrás el foco de una áspera disputa del Gobierno con las cerealeras, acusadas de triangular operaciones. La maniobra, incluso practicada con los jugadores de fútbol, consiste en efectuar una primera exportación, a bajo precio, a una firma puente, por ejemplo situada en Uruguay, que no es en realidad el comprador final del embarque. Desde allí la mercancía es reexportada al verdadero precio, situándose el grueso de la ganancia en el paraíso fiscal elegido. El ardid también implica un menor ingreso de divisas. Aunque los agroexportadores pusieron el grito en el cielo ante las normas dictadas para impedir la estratagema, incluidas en la ley antievasión, en la AFIP indican que el mercado terminó acomodándose a las nuevas reglas de juego.
Aunque la mayor parte del comercio exterior argentino está en manos de empresas extranjeras y transnacionales, sólo recientemente se iniciaron esfuerzos para obturar la evasión vía precios contables y triangulaciones. Del desarme aduanero que tuvo lugar durante la década pasada formó parte la falta absoluta de control sobre formas no físicas de evasión tributaria, que los fiscos de los países centrales combaten con ejércitos de especialistas.