La propuesta conjunta de Argentina y Brasil para que las inversiones públicas en infraestructura no se consideren como gastos en el cómputo del superávit ya está en estudio en el Fondo Monetario Internacional, reveló ayer el vocero del organismo, Thomas Dawson. “No es un tema que tenga una respuesta simple, pero es un tema que estamos considerando en una serie de niveles, no sólo en un contexto latinoamericano”, admitió Dawson en una conferencia de presa ofrecida en Washington.
El funcionario reconoció que “la realidad es que en América latina particularmente la inversión pública ha estado relativamente baja, y esto ha sido objeto de cierta preocupación”. La propuesta argentino-brasileña, plasmada en el Acta de Copacabana que firmaron los presidentes Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula Da Silva, obtuvo el apoyo de 14 países americanos en la reciente asamblea del BID que tuvo lugar en Lima. “La idea de promover las inversiones, incluida la inversión pública, es compartida por las partes”, consideró Dawson.
No obstante, sostuvo que “no es una simple cuestión de redefinir algunas inversiones como gastos, porque las inversiones crean de hecho deudas en la mayoría de estos casos, y las deudas necesitan ser financiadas”. El FMI realizó un seminario “informal” el viernes pasado para analizar el tema, y Dawson dijo que el organismo lo estudia, aunque no auguró ninguna decisión en el corto plazo.
Por su parte, el Instituto de Finanzas Internacionales (IFI), que representa y nuclea a unos 330 bancos con sede en 60 países, dijo que el programa del FMI con la Argentina contradice las reglas de la institución, ya que se basa en declaraciones de intención y no en la certeza de pagos de la deuda. El director del IFI, Charles Dallara, remarcó que “el FMI ha hecho todo el esfuerzo pero hoy, a ocho meses de que el FMI firmara el programa con la Argentina, sigue sin estar claro si el programa es consistente con los artículos del FMI”.