ECONOMíA
› ECONOMIA LE SALIO AL CRUCE A DIAGNOSTICOS PESIMISTAS
“Se están volviendo a equivocar”
Para Federico Poli, subsecretario Pyme, son engañosas las interpretaciones que hablan del fin de la recuperación en base a las cifras industriales de abril. “No hay nada que haga prever que la economía se va a frenar”, dijo en el marco de un encuentro empresario.
› Por David Cufré
¿El crecimiento económico está en riesgo? ¿La recesión volverá mucho más pronto de lo previsto? ¿Los problemas de Brasil, la caída del precio de la soja, la suba de tasas en Estados Unidos, la desaceleración china, todo eso barrerá con las ilusiones de expansión? De la noche a la mañana, esos temas pasaron a dominar la agenda del debate económico. A la misma velocidad con que antes se pasó de la depresión a la euforia, ahora se discute si la recuperación se halla o no amenazada. La crisis energética es otro de los factores que ayudó a conformar el nuevo escenario. Desde el equipo económico, Federico Poli, quien acompaña a Roberto Lavagna desde sus primeros días en el Palacio de Hacienda, es el primero en mezclarse en la pelea. “Los que hoy hablan del fin de la fiesta, de que se acabó el viento de cola, son los mismos que antes calificaban a la reactivación como veranito o decían que era el rebote del gato muerto. No hay nada que haga prever que la economía se va a frenar”, sentenció.
Poli disertó ayer en esta ciudad en un seminario organizado por la línea opositora de la Unión Industrial Argentina. Los empresarios coincidieron con su diagnóstico: la demanda sigue firme y las expectativas de crecimiento se mantienen, dijeron varios de ellos a Página/12. Sin embargo, las dificultades de Brasil les causan más preocupación que al subsecretario Pyme. Industriales de la alimentación, el calzado, los textiles y la metalmecánica señalaron a este diario que el impacto sobre la actividad local será alto si el país vecino vuelve a entrar en recesión y, sobre todo, si el real se dispara.
La caída del precio internacional de la soja, la suba del petróleo y el riesgo de que Estados Unidos eleve las tasas de interés tampoco fueron considerados una amenaza al crecimiento, según el análisis del Ministerio de Economía. “Es mentira que se terminó el viento de cola. Algunos analistas le están dando demasiada importancia a los shocks exógenos como el precio de la soja y la tasa de interés de Estados Unidos, pero la verdad es que la economía argentina va a crecer este año más de lo que se cree”, dijo Poli. “El único riesgo que hay que monitorear es Brasil”, apuntó.
Para el subsecretario Pyme, “el escenario más probable es que Brasil no recupere su nivel de actividad como algunos preveían y que el real se estabilice en torno a los valores de estos días”, es decir, a 3,15 por dólar. En ese caso, “la Argentina tiene elementos para hacerle frente a la situación”. “Uno esencial –apuntó– es contar con una política de tipo de cambio flexible, que permite amortiguar determinados shocks”. En otras palabras, si el dólar sube en Brasil, también lo hará aquí.
–¿Qué pasaría si el dólar saltara a 4 reales?
–En este momento no es –para nada– el escenario más probable. El impacto de lo que suponemos que puede ocurrir en Brasil podemos absorberlo con correcciones en la paridad cambiaria y con acuerdos comerciales. Si estuviéramos frente a un escenario más grave, que hoy es imprevisible, ameritaría otros análisis.
Más que Brasil, al equipo económico le inquieta que se vean afectadas las expectativas de la sociedad, a raíz de la acumulación de problemas. Por eso Poli afirma que “el escenario que están construyendo algunos analistas no se corresponde con la realidad que está viviendo la economía argentina y con lo que se puede proyectar para los próximos meses”. Según su opinión, “se están sobreestimando impactos que todavía no se produjeron y que llevan a la conclusión errónea de que se acerca el fin de esta etapa de crecimiento”. Desde el frente empresario, también hubo un rechazo generalizado a la interpretación de que el resbalón de abril implique un “amesetamiento” del crecimiento.
Poli destaca que “pinchar las expectativas atenta contra el proceso de crecimiento, porque básicamente la expansión se explica por el aumento del consumo interno y de la inversión local”. Por eso mismo, también, considera menos importantes los factores externos.
–¿Cómo explica la caída de la industria de abril?
–Me parece prematuro hacer una lectura definitiva sobre un indicador de un solo mes. Hay que poner sobre la mesa distintos elementos. Uno de ellos es que este año en abril se trabajó una semana menos por la coincidencia de días feriados. También hay una cuestión que ya la vimos el año pasado, que es que las empresas y las personas tuvieron que pagar Ganancias y eso produjo alguna retracción.
–¿Y cómo puede impactar la crisis energética en la industria?
–Por el momento, no tuvo mayor impacto. Y el Gobierno destinó 2000 millones de pesos para empezar a resolverla. Eso, junto a las inversiones privadas, dan un horizonte de recuperación.
–Pero, mientras tanto, ¿pueden caer inversiones?
–No, por el contrario. Hay un proceso de inversiones muy potente, liderado por las pymes. Puedo mencionar al sector de la maquinaria agrícola, a los productores frutihortícolas, a los jugueros, a la industria de la madera, bodegueros, conservas, celulosa y papel. Una cantidad muy heterogénea de sectores a lo largo del país que están viendo oportunidades de negocios y las están aprovechando. Hay un cambio de precios relativos que todavía se sostiene y un aumento de la demanda interna que es firme.