ECONOMíA
› SE ANALIZA LA “POSIBILIDAD” DE RECONOCER PARTE DE LOS INTERESES
Que se doble pero que no se rompa
La propuesta de los bancos asesores, analizada por el Gobierno, consiste en aplicar a los intereses devengados desde el default la misma quita que al capital. El Plan Dubai reconocía valor cero a esos intereses.
El Gobierno admitió que analiza “como una posibilidad” reconocer a los acreedores parte de los intereses caídos desde el default. La propuesta inicial de reestructuración de deuda, presentada por Roberto Lavagna el año pasado en Dubai, excluía expresamente cualquier pago por los intereses devengados. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, empezó ayer a matizar aquella definición. “Los acreedores dicen que desde la fecha que dejamos de pagar empezaron a correr intereses. Hay que ver (cómo se pagan), y si es que se pagan y con qué quita”, expresó el funcionario. El Gobierno prefiere manejarse con un discurso ambiguo, entregando algunas señales de flexibilización que para los mercados son significativas, pero que políticamente lo exponen menos.
Néstor Kirchner fue el primero en mover la línea trazada en Dubai, al señalar que la quita del 75 por ciento podría ser en “valor nominal” o “valor presente neto”. Así lo dijo el último domingo en un reportaje con Página/12. El tecnicismo, que entienden cabalmente quienes forman parte del mundillo financiero, tiene una importancia capital: si la quita está expresada en valor presente neto, la pérdida para los acreedores será muy inferior. O lo que es lo mismo, el costo para el Estado será mayor. Y todavía más si reconoce parte de los intereses caídos.
Fernández mencionó que habría que ver “con qué quita” se pagan los intereses. Lo dijo al pasar, en una entrevista radial, pero sólo con eso puso en palabras una de las alternativas que estudia el Gobierno: pagar parte de los intereses, pero practicando una quita que sería la misma que se aplicará al capital de los bonos en default.
Los analistas de la city que asesoran a quienes invierten en instrumentos financieros descuentan que el Gobierno flexibilizará la propuesta de Dubai. También lo marca la cotización de los bonos en default. Esos papeles se transan en el mercado secundario entre 27,50 (Global 2031) y 32,50 dólares (Global 2017), por arriba de lo que sería una quita nominal del 75 por ciento. El valor de los títulos aumentó luego de las declaraciones de Kirchner a este diario mencionadas más arriba. Ayer, el Global 2018 subió 25 centavos y el Global 2031 aumentó 50.
Lavagna, sabiendo que habrá mayores presiones de los acreedores, les bajó los decibeles a las expresiones de Fernández. “No habrá una modificación sustancial de la oferta expresada en Dubai, ni tampoco una quita del 92 por ciento, como señalan algunos medios”, expresó. Desde el sector empresario, Oscar Vicente, director de Petrobras y presidente de IDEA, se pronunció a favor de “flexibilizar la propuesta de reestructuración de la deuda”.
A principios del próximo mes vendrá a Buenos Aires una misión del FMI para una nueva revisión del cumplimiento de las metas del acuerdo. Más allá de eso, que será un trámite porque los compromisos fueron superados holgadamente, su tarea central será discutir los parámetros macroeconómicos que sustentan la oferta a los acreedores. El Gobierno hará su propuesta final de canje de los bonos en default en base a determinados supuestos de evolución de la economía, del tipo de cambio, de la recaudación impositiva, entre otros. En resumen, sobre su capacidad de pago. El FMI presionará para demostrar que el país podría generar más recursos y, por ende, pagar más. Esa será la última pulseada del Gobierno antes de dar a conocer la oferta a los tenedores de bonos.
Una opción que estudia Economía es aumentar la emisión de bonos Par, que no tendrán quita nominal pero que estirarán los vencimientos 42 años. Los destinatarios de esos títulos serán los afiliados a las AFJP (que, en su caso, tendrán nuevos bonos pesificados a 1,40 e indexados por CER) y los inversores particulares de Alemania, Italia y Japón. Estos últimos se muestran renuentes a aceptar bonos con descuento. En los hechos, la quita en valor presente será la misma, pero políticamente será más potable. La recomendación fue realizada por los bancos que asesoran al Gobierno en el proceso de reestructuración, y habría sido aceptada por Lavagna.
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