No habrá “repechaje”, según la singular terminología que utilizó el Presidente de la Nación para referir que la oferta de reestructuración de la deuda en default presentada el martes pasado por Roberto Lavagna es la última. Néstor Kirchner habló ante 150 empresarios convocados por la Asociación de Empresarios Argentinos, cuyo titular, Fulvio Pagani, no ahorró elogios para el mandatario cuando lo precedió en el uso de la palabra. “Este es el empresariado que reconoce en usted a quien ha consolidado en la Argentina un liderazgo político democrático sólido”, señaló Pagani como tantas veces antes. Esta vez, estaba dirigido a Kirchner.
Desde sus asientos, acomodados frente a los platos listos para recibir el almuerzo, asentían Oscar Vicente, Aldo Roggio, Enrique Pescarmona, Manuel Sacerdote, Cristiano Ratazzi y Alfredo Coto, entre otros. En nombre de todos ellos, Pagani dijo “vemos signos muy alentadores, que nos hacen esperar una pronta y satisfactoria conclusión de las negociaciones” por la reestructuración de la deuda. Volviendo el enfoque sobre sus intereses directos, el empresario de la alimentación (Arcor) remarcó que “la salida del default facilitará el acceso al crédito necesario para financiar nuevas inversiones productivas”. Luego destacó de la actual gestión de gobierno “el compromiso con la solvencia fiscal y la administración prudente, absolutamente necesario para el desarrollo de las actividades productivas, el planeamiento de inversiones, la generación de empleo y el normal desenvolvimiento de la vida de todas las familias argentinas”.
Los halagos de Pagani no fueron los únicos que recibió ayer Kirchner y la propuesta por la deuda. Eduardo Duhalde, ex presidente provisorio, felicitó al Presidente “y al equipo económico por la gran responsabilidad que han demostrado con esta oferta y por la actitud firme mantenida ante las enormes presiones de los intereses sectoriales de los bonistas” y dijo confiar en que éstos aceptarán la propuesta. Más adelante advirtió que “muchos de los que han criticado la actitud del Gobierno no tienen legitimidad moral ni técnica para hacerlo, porque fueron quienes aplaudieron el endeudamiento irresponsable del país durante los gobiernos anteriores”. De los que aplaudieron entonces y hoy vuelven a hacerlo, Duhalde no hizo mención.
Kirchner, que concurrió al encuentro con AEA acompañado por Alberto Fernández (sólo más tarde se agregó Lavagna), destacó los logros de su año de gestión. Sobre la oferta a los acreedores privados, dijo que “ha sido concebida para no repetir el proceso de endeudamiento, buscándole sustentabilidad en el tiempo”, agregando que es necesario evitar “una vuelta no responsable a los mercados de capitales”. La atención prestada por el gobierno nacional a la opinión y la consideración de los mercados financieros hacia la Argentina, como país deudor, fue bien recibida por los empresarios, en su totalidad pertenecientes a grupos económicos que conforman la cúpula dominante. “Se trata de nuestra última oferta, sin repechajes, compatible con nuestras posibilidades y en el marco de un esfuerzo fiscal que no afecta el crecimiento económico y la mejora de la situación social que estamos logrando”, enfatizó Kirchner.
De inmediato, el Presidente les señaló a los dirigentes empresarios qué lugar les asigna en su idea de país. “Tenemos una oportunidad histórica de construir un proyecto nacional inclusivo”, les señaló, y los convocó para, junto al Gobierno, “diseñar un modelo de nación con un capitalismo moderno, pujante e inteligente, integrada al mundo, pero con sustentabilidad interna” en lo social.
Antes de retirarse del hotel donde se realizó el encuentro, el Presidente sostuvo que los empresarios le manifestaron su “acompañamiento pleno” y reiteró ante los periodistas que “no va a haber bajo ningún aspecto otra propuesta”.