La decisión del Fondo Monetario Internacional frente a la tercera revisión del acuerdo con Argentina se conocerá recién cuando los burócratas de Washington terminen sus vacaciones. Esto es lo que dio a entender ayer el titular del organismo, Rodrigo Rato, desde su descanso en Gabón, Africa, cuando dijo que no se abordará por ahora el caso argentino. De esa forma, el FMI sigue con su estrategia de cambiar el eje de las negociaciones, al tiempo que el Gobierno sigue enviando señales que no son tomadas en cuenta.
En ese sentido, la aprobación de la ley de Responsabilidad Fiscal como la elección de la consultora para trabajar con el Banco Provincia de Buenos Aires son medidas pedidas por el FMI. Pero ya cumplidas, a ese organismo no le interesan y vienen por más. Por más pagos a los acreedores y más aumentos de tarifas.
“No está en agenda”, fue la respuesta de Rato al ser consultado sobre cuándo tratarán el caso argentino. Esto pese a que en el calendario original se señalaba que durante la primera semana de agosto el directorio del FMI abordaría la revisión de las metas acordadas con Argentina. “El gobierno argentino ha expresado que algunas de las reformas estructurales han sido demoradas por los procedimientos parlamentarios”, señaló, como excusa.
La presión del Fondo sobre el Gobierno para que éste plantee una mejor oferta de reestructuración de la deuda tampoco dejó de ser reforzada por Rato. El máximo representante del FMI reiteró que “para que Argentina retorne al mercado de capitales financieros, el país necesita un crecimiento y haber establecido la situación con sus acreedores”. En ese mismo sentido, el Comité Global de Tenedores de Bonos de Argentina concluyó ayer una gira de reuniones en Asia, Europa y Estados Unidos.