ECONOMíA
En julio, costó mucho más ser turista, fumar y comprar flores
La inflación del mes pasado fue de 0,5 por ciento, pero esos rubros crecieron muy por encima de ese promedio. El turismo, 12,9 por ciento.
› Por Claudio Zlotnik
Con los datos sobre inflación que ayer dio a conocer el Indec puede trazarse el perfil del “perdedor”: en julio no hubo peor cosa que ser un turista fumador que no tuvo mejor idea que comprar flores o plantas. ¿Por qué? El mes pasado, los rubros que más aumentaron fueron los servicios turísticos, los cigarrillos y el de flores y plantas. Mientras los precios redondearon un aumento del 0,5 por ciento en promedio, esos sectores registraron subas muy superiores, de hasta 12,9 por ciento, como fue el turismo. Si usted da con el perfil del perdedor, no llore. Peor es si, además, hubiese comprado cebollas: el mes pasado aumentaron el 41,6 por ciento.
La inflación del mes pasado resultó inferior a la prevista por los economistas. De acuerdo con el relevamiento que semanalmente realiza el Banco Central, la estimación era de entre 0,7 y 0,8 por ciento. La sorpresa vino por la caída en los precios de los alimentos. En promedio bajaron 0,3 por ciento. Esta reducción implicó un abaratamiento de la canasta básica del 0,7 por ciento.
Frente a la tranquilidad de los precios minoristas, la inflación de los productos al por mayor resultó del 1 por ciento. Pese a que duplicó al índice de precios al consumidor, el dato no preocupó al Gobierno. En el Palacio de Hacienda apuntaron que ese salto fue por culpa del precio internacional del petróleo, cuyo impacto minorista quedó aparentemente reducido con la suba de las retenciones. Según las fuentes, el alza de los combustibles de la semana pasada tendrá un efecto pequeño en el índice de este mes.
De acuerdo con estimaciones de funcionarios consultados por Página/12, si a la inflación de julio se le restaran los factores estacionales, como las subas de precios de los paquetes turísticos, el índice hubiese crecido bastante menos, entre 0,1 y 0,2 por ciento.
En el marco de las vacaciones de invierno, los servicios turísticos lideraron la suba de precios. Según el Indec, se encarecieron 12,9 por ciento. Le siguieron los cigarrillos, con el 8,9 por ciento, y las flores y plantas, con el 8,2.
Entre los alimentos, las principales subas se dieron en las cebollas (41,6%), lentejas (5%) y zapallitos (4,6%). Los que más bajaron: tomates (26,8), lechuga (15,8) y naranjas (10,2). Otros rubros que presentaron bajas fueron la indumentaria, un 1,8 por ciento, por las liquidaciones anticipadas de fin de temporada, y los artículos de tocador, que cedieron 1,1 por ciento en promedio.
Hubo dos datos que reconfortaron a los funcionarios: el hecho de que la variación interanual de los precios se mantuvo constante en el 4,9 por ciento y que la evolución de la inflación viene en declive desde abril, cuando llegó al 0,9 por ciento.
Al respecto, Javier Alvaredo, economista de la consultora MVA Macroeconomía, se mostró optimista. No descartó que pueda producirse una caída en los precios de algunos productos primarios, como las harinas y los aceites y algunos de sus derivados. ¿La razón? La merma en los valores de los commodities, como la soja, el maíz y el trigo.
Desde que empezó el año, la inflación minorista acumulada alcanza al 3,8 por ciento. La expectativa del Banco Central es que llegue al 7 por ciento. Desde enero, los fumadores fueron los más perjudicados: los cigarrillos ya aumentaron un 25,4 por ciento. El rubro que le sigue viene lejos. Son las verduras, con un encarecimiento del 11,3 por ciento.
Los especialistas descartan una incidencia en los precios por la incipiente suba del dólar. Según Alvaredo, ello podría suceder en caso de que la moneda estadounidense trepase a 3,10 pesos en el corto plazo. Es por ese motivo que en la city creen que el Banco Central no dejará que traspase esa barrera.