Para responder al “Premio Limón”, que Roberto Lavagna volvió a ganar este año por ser considerado el funcionario más agrio en el trato con la prensa, según la opinión de los periodistas acreditados en el Palacio de Hacienda, el ministro respondió con el “Premio Zapallo”. “Es para el medio y para el periodista que más trabajaron en favor de los acreedores. Son unos zapallos”, bromeó, aunque se reservó sus nombres in pectore por una cuestión de delicadeza. Fue ayer a la tarde, en el brindis de fin de año del Ministerio de Economía. Relajado y de buen humor, Lavagna hizo un repaso a los temas principales de la agenda económica: anunció que Estados Unidos terminó de autorizar el canje de deuda, se refirió a la necesidad de mantener un tipo de cambio alto, dijo que hay que pagarle la deuda al FMI, reveló que se analiza una rebaja de retenciones a la industria y porfió que el Bank of New York, recontratado para la reestructuración, no consiguió un aumento en sus comisiones por esa tarea.
“No se le va a pagar ni un centavo más. Es lo que estaba”, afirmó el jefe de Hacienda, ante la consulta de si son ciertas las versiones que indican que el Bank of New York recibirá 5 millones de dólares por ser el coordinador del canje, en lugar de los 3 millones supuestamente pactados inicialmente. “Para llegar a este punto hubo que dar algunos pasos de táctica y estrategia”, indicó también Lavagna, a modo de respuesta por las idas y vueltas con el banco. Lo que negó rotundamente fue que él lo hubiera acusado de formar parte de una conspiración internacional para forzar a la Argentina a aumentar los pagos a los acreedores. En rigor, esa fue la primera versión oficial cuando se postergó el canje, previsto originalmente para el 29 de noviembre.
El capítulo del banco se completó con el reconocimiento de Lavagna de la existencia de cláusulas de indemnidad en favor de la entidad financiera. “Son las habituales en este tipo de transacciones”, relativizó. La elección del agente coordinador y fiduciario del canje era el requisito pendiente para conseguir la autorización de la operación por parte de la comisión de valores de Estados Unidos (SEC). Se trataba de una formalidad, que ya ha sido cumplida. En razón de ello, Lavagna confirmó que “la aprobación de la SEC ya está. Si hoy quisiéramos lanzar el canje en Estados Unidos no tendríamos ningún impedimento”.
El centro de la larga mesa del salón Padilla, donde se hizo el brindis, estaba armado con zapallos de distintos tamaños. Lavagna lo encargó especialmente para dar marco a la humorada de su nuevo premio. Cuando le tocó a él ser galardonado con el limón, lo recibió casi con satisfacción y se quejó porque este año tuvo que compartirlo con el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, quien recibió la misma cantidad de votos.
En la charla con los periodistas introdujo un par de anuncios. El primero fue que el Gobierno estudia eliminar gradualmente las retenciones del 5 por ciento sobre las exportaciones de algunos bienes industriales, a fin de incentivar las ventas al exterior de productos con alto valor agregado. “Estamos trabajando en eso para el año que viene, pero una eventual rebaja estará vinculada con el incremento de las exportaciones que experimente el sector” favorecido, aclaró. La medida no tendría gran impacto fiscal, puesto que de los 700 millones de pesos mensuales que aportan las retenciones, sólo 50 millones son del sector industrial. El otro anuncio fue que “está circulando un proyecto para exceptuar a las obras sociales del impuesto al cheque”.
–¿Hace cuánto que no habla con Rodrigo Rato? –le preguntó Página/12.
–Hace unos 25 días. Pero quedamos en que vamos a esperar hasta que se complete la reestructuración de la deuda. Primero tienen que hablar los mercados. Y el Gobierno seguirá con la política de desendeudamiento con el FMI.
Otro tema que abordó Lavagna fue el del tipo de cambio. “Nos va a dar trabajo mantenerlo” en un nivel alto, admitió. Pero, tal como había anticipado este diario, sostuvo que “si es necesario, haremos más estrictos los controles a la salida de capitales, a fin de desalentar su entrada”. Finalmente, el jefe de Hacienda cuestionó al Grupo de los 20, liderado por el Grupo de los Siete, por rechazar sin siquiera discutirlo un documento presentado por la Argentina que proponía formalizar el carácter de acreedor privilegiado del FMI, privilegiar la situación de los acreedores minoristas y castigar a los fondos buitre. “En lugar de discutir estos temas, aprobaron un código de conducta redactado por los lobbistas de los bancos” de inversión, denunció.