ECONOMíA
Los banqueros italianos aún no se dan por vencido
El éxito del canje generó una polémica a nivel internacional acerca de si otros países pueden en el futuro seguir el mismo camino para reducir sus deudas. Este es el mayor fantasma del establishment.
Como era de esperar, el éxito del canje ha generado una polémica en los principales “think tank” internacionales acerca de si otros países pueden en el futuro modificar su estrategia frente a la deuda, forzando a sus acreedores a aceptar una importante quita. De hecho, ese era uno de los mayores temores del Fondo Monetario y del establishment financiero internacional a la hora de presionar para que el gobierno argentino mejorara su propuesta de pagos. Por otro lado, la Task Force Argentina, una entidad que reúne a bonistas italianos y que siempre recomendó rechazar el canje, parece no rendirse. A través de un comunicado, sostuvo que la aceptación del canje en Italia fue de sólo el 27,8 por ciento y que continuará con la lucha por entender que “Argentina debe mejorar la oferta, puede hacer más”.
“Argentina hace pensar sobre un nuevo orden financiero internacional. Ha cambiado las reglas de juego. Hay lecciones importantes que se aprendieron, como que el soberano (el gobierno) tiene mucho poder”, dijo ayer Miguel Kiguel, ex subsecretario de Financiamiento de Roque Fernández, durante un seminario en la sede de Diálogo Interamericano, uno de los centros de estudios más renombrados en Washington.
“Los acreedores están extremadamente atomizados, y el deudor es uno, así que tiene mucha ventaja en la negociación”, dijo Kiguel, actual integrante del Macroeconomics Advisory Group. Y concluyó que “muchos países que tienen deudas muy altas y que son un gran peso ahora van a empezar a pensar sobre una alternativa para reducir ese gran peso, sabiendo que el mundo puede llegar a aceptarlo”.
Vladimir Werning, economista del JP Morgan Chase, discrepó con su colega. “No creo que los países tengan ahora nuevos incentivos para declarar default (cesantía de pagos)”, afirmó. Pero reconoció que “una vez que declararon la cesantía de pagos, ahora saben que pueden ganar más en las negociaciones para reestructurar”.
El ex director para el Hemisferio Occidente del Fondo Monetario, en tanto, se preocupó por aclarar que “este modelo (de negociación) no es para otros países porque los costos para Argentina fueron extremadamente altos”, aseguró. Y sostuvo que el resultado del canje “no fue una victoria, sino un reconocimiento de la incapacidad de Argentina de pagar”.
Por otro lado, la Task Force Argentina, liderada por el inefable Nicolas Stock, volvió a la carga. “Las adhesiones en Italia, en base a los sondeos hechos entre los 463 bancos asociados a la TFA, fueron del 27,8 por ciento de los 14.500 millones de dólares en manos de los inversores”, afirmó Stock. La cifra se contradice con los datos difundidos por varias asociaciones de consumidores italianas, que ubicaban la adhesión en torno del 40 por ciento.
El lobbista de los bancos italianos y actual representante de los acreedores de ese país admitió, sin embargo, que “considerando los títulos vendidos en el mercado internacional, (sólo) quedan en manos de los ahorristas italianos obligaciones por 8 mil millones de dólares”. Stock, ex ejecutivo del Banco de Roma, mantiene aceitados vínculos con la Asociación de Bancos Italianos (ABI), entidad a la que los ahorristas italianos tienen en la mira por haberles vendido los bonos argentinos, aun cuando el default era inevitable. De ahí el interés de los bancos italianos por que sus clientes litiguen contra el Estado argentino. De hecho, la TFA ratificó ayer que financiará las acciones legales de los ahorristas de su país contra la Argentina.
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