ECONOMíA
Economía dice que la inflación de marzo será al menos 1 por ciento
Sebastián Katz, subsecretario de Programación Económica, estimó que los precios minoristas de este mes llegarían al 1 por ciento. En Economía dicen que las subas son por “cuestiones estacionales”.
La amenaza de un eventual desborde de los precios que complique desde la negociación salarial hasta la magnitud de la deuda poscanje, en alta proporción ajustada por CER, es cada vez más contundente. El subsecretario de Programación Económica, Sebastián Katz, estimó ayer que en marzo el índice de precios al consumidor llegaría al 1 por ciento, por encima de lo que el propio Gobierno calculó hasta ahora para el mes en curso y complicando, incluso, lo que previó para todo el año. Sin embargo, ni para el funcionario ni para especialistas del sector privado el problema será tan grave como se esbozó en este primer trimestre.
“No hay fundamentos para que se produzca una escalada de precios”, tranquilizó ayer el colaborador de Lavagna, luego de reconocer que este mes la inflación alcanzaría el mismo nivel que en febrero. Con esos registros, la suba de precios durante el primer bimestre alcanzaría el 2,4 por ciento, trepando al 3 para el trimestre. Algo que activa la alarma sobre las magras posibilidades de tener un registro anual que oscile entre el 7 y el 10 por ciento, tal como se previó en el Presupuesto.
Pero para Katz el encarecimiento que se registra en productos de primera necesidad y con buena ponderación en el IPC responde sólo a “cuestiones estacionales” y, por consiguiente, serían superadas en el corto plazo. La clave, a su juicio, es que el Gobierno tiene una política monetaria cuidadosa y un superávit fiscal importante, que aleja el riesgo de tener que apelar a la emisión para cubrir baches del gasto público.
Aun así, el Gobierno sostiene su política de contener las subas en artículos de primera necesidad por la vía de los acuerdos de precios, estrategia básicamente útil para ahuyentar la psicosis inflacionaria que alienta los aumentos preventivos. Ayer mismo, Economía y la Secretaría de Agricultura ratificaron el acuerdo celebrado con el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas para retrotraer el precio del pollo a los valores que tenía en octubre pasado, de 2,70 pesos el kilo más IVA en el segmento mayorista, y de 3,80 en el minorista.
“Los aumentos de los primeros meses se van a suavizar porque son producto de cuestiones que no se reiteran mes a mes”, se anima Jorge Todesca, consultor de Sinsoport. Para el especialista es fundamental que esté controlada la emisión monetaria y, en lo posible, que el Gobierno absorba pesos del mercado. En este sentido, la inminente colocación de nuevos títulos públicos en las carteras de las Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión resulta “estratégicamente muy importante”.
Habría algunos elementos para pensar que la dinámica inflacionaria no se estimuló a pesar de las subas registradas en las últimas semanas. Estas en parte responden al aumento de la demanda, obvia en una economía que crece a razón del 9 por ciento anual y acelerada este verano por el diferimiento de impuestos que se decidió hacia fines de año.
Otro vigoroso empujón a los precios se lo dio el aumento de costos como la suba del petróleo y los insumos industriales derivados de él. Algo similar a lo que ocurrió con el acero, cuyo precio internacional trepó alentado por la creciente demanda china. Finalmente, varios sectores industriales están trabajando al límite de su capacidad productiva y por ello no pueden aumentar la oferta sin mayores inversiones.
La inflación tiene incidencia directa en la discusión acerca de un mecanismo para ajustar salarios. La suba del índice alienta a los representantes sindicales a sostener su posición de pugnar por una fórmula indexatoria que permita preservar los salarios del deterioro inflacionario. En la otra vereda, empresarios y Economía se inclinan por promover ajustes exclusivamente ligados con la productividad de los distintos sectores.
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