Los presidentes de las terminales automotrices radicadas en el país se reunieron ayer a la tarde para analizar los aumentos salariales que reclama el sindicato de mecánicos (Smata) y acordaron unir fuerzas para evitar conceder nuevas subas, sin generar otro frente de conflicto gremial a nivel nacional. En medio de la discusión paritaria abierta desde el año pasado entre el Smata y las empresas, y luego de que la General Motors decidiera esta semana no renovar los contratos de 320 empleados de su planta en Rosario, el titular de Daimler Chrysler Argentina, Manfred Muell, calificó como “insostenible” el reclamo salarial de los trabajadores.
Muell sostuvo que “el Smata nos exige mucho. Aumentos de entre el 35 y el 50 por ciento no son razonables”. El empresario fue más allá y aseguró que “falta un poco de moderación por parte de los sindicatos”. Las terminales automotrices duplicaron sus ventas el año pasado respecto del anterior, mientras que los precios también aumentaron, aunque en menor medida que en los años anteriores. “Hay empresas que están vendiendo y ganando plata en el país y no producen nada o casi nada, como Fiat y Renault. Lo que pedimos es participar de ese incremento en las ganancias”, dijo el secretario de prensa de Smata Córdoba, Miguel Barrera.