Las asociaciones de usuarios y consumidores y la propia Subsecretaría de Defensa del Consumidor no se ponen de acuerdo sobre la evolución de los precios de mayo. No parece estar muy claro si los precios de la canasta alimentaria y de los principales productos de consumo masivo subieron o bajaron. En una primera aproximación, las diferencias son el resultado esperable de múltiples mediciones, en distintos períodos y con distintos criterios de relevamiento. En cualquier caso, la referencia a una canasta de bienes distinta a la del Indec, lanzada por el Gobierno para matizar las malas noticias que provenían del organismo estadístico, parece haber agregado un toque de confusión.
Mientras en el Ministerio de Economía crece la preocupación por el comportamiento de los precios de los productos de primera necesidad, dato que se suma a otros indicadores poco alentadores –como la leve caída de las ventas minoristas, de la actividad de la construcción y la débil reacción de la inversión–, las mediciones que mes a mes aportan las asociaciones de consumidores distan de sumar claridad.
Así, mientras el martes Adelco destacó que la suba de la canasta de alimentos de marcas líderes fue del 4,42 por ciento contra un 2,7 que lo hicieron los de marcas más baratas, Consumidores Libres, la entidad que dirige el diputado socialista Héctor Polino, indicó ayer que los “productos de la canasta familiar” bajaron el 0,65 por ciento. En el primero de los casos, la medición fue realizada entre el 4 y el 24 de mayo, en el segundo, durante la primera quincena del mes. La primera conclusión es que debe haberse producido una estampida entre el 16 y el 24, pero la realidad también indica que se trata de canastas diferentes. Para agregar confusión, la subsecretaría respectiva también midió una baja del 2,2 por ciento en la primera quincena, pero de los productos más baratos.
Antes de que se conozca el número que dará el Indec, el único de carácter oficial, de la apertura de las encuestas parece surgir un desdoblamiento en los valores de los distintos productos según las categorías de consumo. Las bajas se observan fundamentalmente en los productos más baratos, mientras que a medida que se sube en calidad se registran alzas mayores. De esta manera, se estaría consolidando el retroceso de la tendencia que durante la crisis afectó la demanda de los productos de primera calidad en favor de las segundas marcas. Hoy la demanda consolida las subas de precios de los productos de primera calidad.
Según el relevamiento de Consumidores Libres, las segundas y terceras marcas son, de acuerdo al producto, entre un 20 y un 30 por ciento más económicas que las líderes. El relevamiento de Adelco había mostrado otro fenómeno, el de la disparidad de precios en los distintos barrios e incluso entre los comercios de una misma zona. En Belgrano y Palermo, por ejemplo, el mismo producto puede encontrarse a precios que varían hasta el 47 por ciento. Pero al margen de las variaciones citadas y las típicamente estacionales, como las de algunas frutas y verduras, llaman la atención las dispares medidas por las distintas asociaciones. Mientras para Adelco el pollo subió el 18,9 por ciento y el aceite mezcla el 18,2, para Consumidores Libres bajaron el 1,7 y el 1,5 por ciento, respectivamente.