ECONOMíA
El crecimiento económico no afloja, el consumo sí
La actividad económica creció 9 por ciento en los primeros cinco meses del año con relación al año pasado. Mantiene el ritmo pero cambiaron los estímulos: hoy la exportación tracciona más que el consumo privado.
› Por Claudio Scaletta
La economía argentina continúa creciendo a buen ritmo. El Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) registró una suba interanual del 10,5 por ciento en mayo y del 9 por ciento en el acumulado de los primeros cinco meses del año. El excelente desempeño exportador empujado por la cosecha record y la fuerte expansión de la construcción y los servicios compensaron el freno de la industria manufacturera, que igual crece a tasas interanuales elevadas. De esta manera, la actividad comienza a transitar por segundo mes por encima de los máximos históricos alcanzados en 1998. El crecimiento acumulado en los primeros 5 meses permite prever que el Producto Interno Bruto registrará en 2005 una suba en torno del 7,3 o 7,4 por ciento. Por el lado de la demanda, las luces amarillas están en el freno del consumo privado, por efecto de la suba de precios y la menor creación de empleo en relación al crecimiento y, a mediano plazo, en el pobre desempeño de la inversión.
Entre los componentes de la oferta de bienes que explican el buen comportamiento de la actividad se destaca el fuerte crecimiento de los servicios, que en el quinto mes del año registraron una suba interanual del 23,4 por ciento, y de la construcción, que creció el 27,4 por ciento. Ambos rubros compensaron la más lenta evolución de la industria que, siempre en términos interanuales, subió en mayo el 8,5 por ciento, una cifra en sí alta. Las ventas minoristas y mayoristas mostraron subas por encima del 10 por ciento, lo mismo que el turismo y la intermediación financiera, que este año dejó atrás un largo período de evoluciones negativas. En términos globales, el aporte al crecimiento de los sectores productores de bienes, agropecuarios e industriales, fue del 11 por ciento, mientras que los servicios, donde se destacó el transporte por la movilización de la cosecha, aportaron 8,5 por ciento.
El arrastre estadístico que estos números dejan para el PIB de 2005 es importante. Si hoy se dejase de crecer, realidad poco probable, el crecimiento del año sería del 6,5 por ciento. En el adelanto del Presupuesto 2006 que el ministro Roberto Lavagna envió al Congreso, la estimación para 2005 fue de un conservador 6,8 por ciento. Con los datos de los primeros 5 meses, ya puede proyectarse una expansión del PIB de entre el 7,3 y el 7,4 por ciento.
Por el lado de la demanda, la clave del crecimiento de 2005 son las exportaciones, lo que marca una diferencia con 2003 y 2004, cuando el consumo y la inversión jugaron un rol preponderante. Además de la colocación de una cosecha record de 85 millones de toneladas, también la industria aportó su parte, especialmente el sector automotor.
Los datos internos se conjugaron con el excelente contexto internacional, pues el anunciado derrumbe del precio de las materias primas no se produjo. La caída de las cotizaciones de las commodities agropecuarias, especialmente carnes y oleaginosas, se recuperaron parcialmente, mientras los precios del petróleo siguen en alza. En contrapartida, los buenos precios internacionales se trasladaron parcialmente, y amenazan seguir trasladándose, a los precios internos, lo que junto al menor crecimiento del empleo debilitó el consumo privado.
El punto débil de mediano plazo continúa siendo la inversión, que si bien se recuperó respecto del primer trimestre, sigue estando por debajo de lo necesario para mantener los niveles de crecimiento proyectados.