En los primeros siete meses del año, la canasta básica total para una familia tipo aumentó 8,6 por ciento. En los seis primeros meses del año, los salarios promedio se ajustaron en 10,5 por ciento. Ambos datos, correspondientes a las series estadísticas elaboradas por el Indec, parecerían en conjunto auspiciosos, al indicar una recuperación del poder adquisitivo de los empleados. Lo preocupante es que el incremento de los precios parece seguir una tendencia mucho más firme que la recuperación de los salarios. Mientras que el repunte salarial quedó en los últimos meses reducido al sector del empleo privado registrado, los precios de la canasta básica de alimentos no parecen haber detenido aún su ascenso.
El cálculo del Indec sobre los costos de manutención de una familia tipo (matrimonio de 31 a 35 años, con dos hijos de 5 y 8 años) arroja para julio una canasta básica de alimentos de 357,76 pesos y para la canasta básica total, 787,08 pesos. En la composición de la primera se destaca la participación de carnes (6,270 kilogramos), pan (6,060 kilogramos), papa (7,070 kilogramos), bebidas edulcoradas (4,050 litros) y bebidas gaseosas sin edulcorar (3,450 litros). En la mayoría de estos productos, las entidades de defensa de consumidores vienen denunciando incesantes remarcaciones de precios en góndola en las últimas semanas. En particular, en el sector de panadería: se teme otro salto de precio a partir del conflicto con la industria molinera (ver página 4). La canasta alimentaria se incrementó 9,08 por ciento en doce meses, mientras que la básica total lo hizo en 8,59 por ciento. En julio, ambas aumentaron 1,13 por ciento.
La evolución de los salarios, calculados según el índice que mide el haber mensual sin tomar en cuenta otras variaciones como horas trabajadas, pagos especiales por presentismo o productividad o quitas por ausentismo u otro concepto, muestra otra vez resultados dispares de acuerdo al sector y condición legal de que se trate. Los trabajadores registrados del sector privado le volvieron a sacar ventaja al resto en junio. Mientras su salario promedio mejoró en 1,37 por ciento, el que corresponde a trabajadores en negro del sector privado lo hizo apenas en 0,4 por ciento, en tanto que los empleados del sector público no recibieron ninguna mejora.
El aumento promedio de los salarios en junio, 0,88 por ciento, fue casi similar al incremento en el costo de la canasta total de dicho mes, 0,85 por ciento, pero sería inequitativo decir que, en general, la evolución de los salarios fue semejante al del costo de la canasta: mientras que el sector privado registrado obtuvo una mejora en su capacidad adquisitiva, los trabajadores privados en negro y los estatales soportaron una nueva pérdida de su capacidad de compra en dicho mes.