ECONOMíA
› DIALOGOS Y ESCENAS EN EL SENADO Y EN DIPUTADOS
Gallos y medianoches en las Cámaras
La pelea Una vez que comenzó el tratamiento en particular de la Ley de Emergencia y reforma del régimen cambiario, la primera en hablar fue la tucumana Stella Córdoba. La justicialista dijo que la alegraba el fin del modelo que funcionó durante la última década. Esto provocó la reacción de varios de sus colegas de la bancada que comenzaron a decirle que no ataque al menemismo. A pesar de las molestias, la legisladora logró finalizar su exposición. Pero allí no había terminado todo. Inmediatamente después, el cordobés Carlos Alessandri se le acercó y la llamó al orden: “No podés atacar así a nuestros compañeros”, la inquirió. La tucumana no se amilanó y le dijo que ella había anticipado en la reunión de bloque su posición y su desacuerdo con la delegación de poderes. Poco después, otro tucumano, Alberto Herrera, le pidió explicaciones a Alessandri: “No molestes a mis compañeras”, le advirtió.
El saludo Cerca de las diez de la noche, la bonaerense Graciela Giannettasio recibió un llamado en su celular. Del otro lado de la línea estaba Eduardo Duhalde, quien le confirmaba su designación como integrante de su gabinete como ministra de Educación. La noticia se conoció casi al instante. Uno de los primeros en saludarla fue Eduardo Macaluse del ARI. Fue un saludo afectuoso y se prometieron una visita en el Ministerio. Ambos se conocen desde los tiempos en que el arista militaba en el gremio docente y ella ocupaba la titularidad de la Dirección General de Escuelas de la provincia de Buenos Aires durante la gobernación duhaldista.
Ultima fila El sector del Frepaso que lidera Darío Alessandro y Rodolfo Rodil ya no ocupa las primeras filas de la bancada de lo que supo ser la Alianza. Durante la sesión, ambos se ubicaron atrás, bien atrás, contra la pared desde donde acompañaron sin discusión el proyecto justicialista. La actitud de los frepasistas llamó la atención de varios diputados del PJ que resaltaron el “espíritu oficialista” que aún les queda: “Si hasta cuestionaban con gestos las intervenciones de algunos ex colegas del mismo partido”, dijeron.
Ultima fila 2 Las bancas que dan contra la pared suelen ser destinadas a aquellos legisladores que tienen un papel secundario dentro del bloque. Pero también son utilizadas por algunos de los protagonistas de la bancada para descansar. Al menos para eso la utilizó anoche el titular del bloque radical, Horacio Pernasetti, quien poco antes de las tres de la mañana se desplomó sobre una de las poltronas para dormitar y recuperar un poco de fuerza.
El dolor de haber sido Se notaba en el rostro del misionero Ramón Puerta, quien con el ceño fruncido ocupó la banca de senador raso luego de haber sido desplazado por la mayoría de sus colegas del bloque de la presidencia provisional de la Cámara alta. Nunca le perdonaron el haber renunciado a la virtual vicepresidencia cuando cayó el efímero gobierno de Adolfo Rodríguez Saá y tampoco la fuerte política de reducción de gastos del Senado. Con cierta nostalgia y con algo de recelo, siguió con atención la conducción de la sesión del cordobés Juan Carlos Maqueda.
Camarón que se duerme Jorge Capitanich a poco de asumir como senador se mudó hacia la Rosada, para hacerse cargo de la Jefatura de Gabinete de la gestión de Eduardo Duhalde. Pidió licencia, pero no tuvo en cuenta que uno de los tesoros más preciados en el Senado son los despachos. El catamarqueño Luis Barrionuevo vio la oportunidad de abandonar las pequeñas oficinas de la planta baja que le había dejado Carlos Corach. Sin perder tiempo y cuando el chaqueño todavía no había retirado sus petates del despacho, colaboradores de Barrionuevo ingresaron y cambiaron lacerradura. Ahora el gastronómico goza de un amplísimo despacho del cuarto piso. El día que Capitanich retorne deberá pugnar por recuperar un espacio.
La queja del Señor Cinco. Los diputados llevaban algo más de nueve horas de debate cuando en los pasillos del Congreso hizo su aparición el flamante jefe de los espías vernáculos, Carlos Soria. De malhumor, fastidiado, el diputado bonaerense en uso de licencia les comentó a varios de sus colegas los problemas que encontró en la SIDE. La razón de la queja residía en alguna de las disposiciones de austeridad del ex presidente Adolfo Rodríguez Saá, quien con su decreto que puso en venta los autos oficiales “me dejaron a los espías de a pie. Ahora les tendré decir que si tienen que seguir a alguien tomen un taxi”, repitió a varios de sus viejos amigos del Congreso.