ECONOMíA
› DE VIDO NO QUIERE SUBAS EN LAS NAFTAS
“No hay aval para un aumento”
El ministro de Planificación intentó desalentar las versiones que señalan un inminente aumento de los combustibles a tono con el precio internacional. Las petroleras bajaron el tono a los reclamos.
“El Gobierno no avalará aumentos en los combustibles”, dijo ayer el ministro de Planificación, Julio De Vido, ratificando la decisión del Gobierno de presionar a las petroleras para que no muevan sus precios, al menos, hasta después de las elecciones. Por su parte, el presidente Kirchner, desde un acto en Comodoro Rivadavia, prometió “luchar contra el capital concentrado” y les reclamó a los empresarios que compartan sus riquezas con los trabajadores porque tienen que “crecer todos”.
Con el barril a casi 70 dólares, en los últimos días se hicieron escuchar las voces de las petroleras reclamando un descongelamiento “en el tiempo” de los precios en el surtidor. Primero fue el titular de Repsol YPF, Antonio Brufau, quien dijo que “poco a poco” un reacomodamiento de precios con la “realidad” era necesario. Y después el director de Asuntos Corporativos de Esso, Tomás Hess, que le puso un número al atraso de precios de las naftas (“entre 25 y 30 por ciento”) y habló de una suba de precios “inevitable” en el tiempo.
Sin embargo, ayer fue la propia petrolera española, Repsol YPF, la que hizo pública su posición explicando que no tiene previsto aumentar los precios de sus naftas. En igual sentido se pronunció Petrobras, a través de su vocero, Orlando Di Pino, descartando que esté en los planes de la empresa brasileña mover sus valores en surtidor.
De todos modos, para asegurarse que eso sea así, el Gobierno cuenta con dos instrumentos poderosos. Por un lado, el poder de la persuasión: existe la sensación en las empresas de que cualquier suba sería respondida con el llamado a un “boicot” de los consumidores, similar al que hizo el presidente con Shell y Esso en marzo pasado. Por otro lado, la amenaza de continuar elevando las retenciones a las exportaciones de petróleo, una medida que golpearía directamente a las compañías productoras como Repsol, Petrobras o Pan American Energy, entre otras, pero que no tendría un impacto negativo en Esso y en Shell, que sólo refinan y distribuyen combustibles en el país.
“Hasta fines de octubre garantizamos que no habrá aumentos de nuestra parte”, comentó, off the record, un vocero de Repsol YPF a este diario, confirmando que la compañía española es hoy la principal aliada del Gobierno en la estrategia de no hacer olas durante la campaña electoral.
¿Y después de las elecciones?, preguntó Página/12. “Después de las elecciones es ciencia ficción”, respondió, tajante, el ejecutivo.
Como sea, las petroleras deben haber tomado nota de las declaraciones de Kirchner ayer, de campaña en Chubut, donde anunció obras públicas por más de 370 millones de pesos. Si bien el Presidente no apuntó directamente a esas compañías sí disparó contra las empresas en general: dejó en claro que no ahorrará munición verbal contra los que osen sacar los pies del plato antes de las elecciones, ya sea por aumentos de precios en los surtidores, en las góndolas o en cualquier otro sector de la economía.
“A algunos les gustaba vivir en una Argentina congelada, pero en esta Argentina se discute, yo vengo a abrazar las reivindicaciones y a luchar contra el capital concentrado”, afirmó Kirchner. “No puede pasar lo que pasaba en algún tiempo que si crecían, crecían nada más que los de arriba. Si crecen, tenemos que crecer todos los argentinos. Hay que distribuir la riqueza para que todos podamos ir hacia delante con todas nuestras fuerzas”, agregó.
Subnotas