ECONOMíA
Los vientos internacionales llevaron al índice MerVal a un nuevo record
La racha alcista llevó el índice MerVal de la Bolsa de Comercio por arriba de los 1700 puntos. El 12 de julio, Néstor Kirchner había pronosticado ese valor para antes de fin de año.
› Por Claudio Zlotnik
Desde mucho antes de ser Presidente, Néstor Kirchner se había ganado en la city la fama de ser un buen inversor. O cuanto menos de ser un inversor con suerte. Al menos en el mercado accionario. Algunos reconocidos habitués de la Bolsa recuerdan la atracción del actual jefe de Estado por apostar, de vez en cuando, algunas fichitas en las acciones. El último 12 de julio, durante la conmemoración del 151º aniversario de la Bolsa, Kirchner vaticinó que el MerVal llegaría a 1700 puntos antes de fin de año. Algunos operadores creyeron que el pronóstico era demasiado optimista. Ayer, el índice subió 1,3 por ciento y cruzó esa barrera, cerró en 1709,89 puntos, constituyendo un nuevo record para el mercado.
Desde el pronóstico de Kirchner, las acciones subieron un 20,2 por ciento en promedio. Más allá de la previsible volatilidad en el corto plazo, los corredores creen que los precios pueden continuar la racha positiva porque el volumen de negocios de las últimas jornadas se anotó entre los mejores de los últimos tiempos.
El raid alcista no es exclusivo de las acciones. Los bonos de la deuda también están recibiendo una ola de inversiones. Desde que empezaron a cotizar, los papeles surgidos en la reestructuración de la deuda ya subieron un 30 por ciento, en promedio.
La primera explicación a semejante boom financiero tiene que ver con la solidez económica que demuestra la Argentina. Ningún inversor presume que, al menos en el mediano plazo, el país podría volver a incumplir con sus compromisos. Al contrario, una economía que se expande a ritmo chino les ofrece a los financistas excelentes oportunidades para especular no sólo con los títulos públicos sino también con las acciones de empresas que, trimestre a trimestre, engruesan sus utilidades.
El hecho de que la inflación se haya acelerado también juega a favor de los corredores. Hay que recordar que los últimos papeles que se emitieron en pesos, como los Discount, los Par, el Bogar 2018 y el Boden 2014, se indexan por la inflación minorista. Los inversores tienen a estos bonos como sus preferidos, también, porque especulan con una pronta revaluación del peso frente al dólar.
El contexto internacional se constituye en el telón de fondo para entender el fenómeno. La enorme liquidez, que se da en el marco de muy bajas tasas de interés en los principales mercados, hizo que grandes fondos de inversión buscaran en los emergentes los rendimientos que se les niegan en otras latitudes.
¿Cuál es el impacto del boom bursátil en la economía real? Si hubiera una gran cantidad de empresas abriendo su capital en la Bolsa, la ola de inversiones podría traducirse en un financiamiento barato hacia esas compañías. No es el escenario que se observa en la Argentina: según el día, el papel de Tenaris (del grupo Techint) concentra entre el 40 y el 70 por ciento del volumen que se opera en el recinto. En este marco, los negocios en acciones quedan reducidos a las ganancias-pérdidas que saquen los operadores.
Desde el lado de los bonos, la fuerte suba se viene traduciendo en sucesivas caídas del riesgo-país, que ya se ubica en 377 puntos. Esta mejora en el nivel de sobretasa –por encima del rendimiento de los bonos de Estados Unidos– debería abaratar el financiamiento del Estado en el mercado de capitales. Algo que se verá en las próximas semanas, en caso de que Economía insista con la colocación de Boden 2015.
Para los créditos minoristas no hubo ninguna novedad. Atados a la evolución de los salarios, de los cuales depende si una persona puede acceder o queda afuera del mercado, el boom financiero queda, por ahora, restringido a los operadores sofisticados.