El consumo de servicios públicos decreció en abril un 9,5 por ciento en relación con el mismo mes del año pasado, según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Este retroceso es otra de las caras de la prolongada recesión que sufre el país, con reflejo en casi todos los indicadores. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, ratificó ayer ante las asociaciones de consumidores que este mes no habrá en luz y gas otros ajustes más allá de los estacionales.
Las caídas más importantes registradas por el índice que mide el consumo de servicios públicos tuvieron lugar en el transporte internacional aéreo de cargas y pasajeros, con retroceso del 24,9 y 34,3 por ciento, respectivamente. Paradójicamente, el único consumo que subió es el de las cargas de cabotaje, que aumentaron un 9,5 por ciento respecto de abril del año pasado.
El resto de los consumos retrocedieron, acompañando la retracción general de la economía. Ferrocarriles urbanos, 21,8 por ciento; interurbanos, 29,4; subtes, 10,6; colectivos, 10 por ciento y de media distancia, 23,2. Algo similar ocurrió con la demanda del servicio telefónico, que tuvo una caída del 14 por ciento en las llamadas urbanas, del 12,8 por ciento en las interurbanas, del 6,2 por ciento en los aparatos celulares habilitados y del 11,8 por ciento en las llamadas realizadas desde teléfonos móviles.
Este derrumbe se da en el marco de una renegociación de todos los contratos de adjudicación de los servicios públicos, para adecuar las tarifas al nuevo valor del dólar. Ayer, Lavagna intentó tranquilizar a las organizaciones que representan a los consumidores, asegurándoles que este mes no habrá otras subas más allá de las estacionales, aunque ese seudocongelamiento es solo provisorio.